Al menos 64 personas fueron brutalmente asesinadas en un ataque contra una parroquia católica en el este de la República Democrática del Congo, en una masacre con motivaciones religiosas. La incursión golpeó la parroquia de San José de Manguredjipa en el pueblo de Ntoyo, ubicado en la provincia de Kivu del Norte, en medio de la noche.
Testigos y funcionarios dicen que se utilizaron machetes, armas de fuego y martillos en la matanza: muchas víctimas fueron asesinadas a machetazos, otras recibieron disparos o fueron golpeadas. Los atacantes se dirigieron a los feligreses reunidos para una ceremonia de duelo, cogiéndolos desprevenidos. Después del asalto inicial, algunos atacantes prendieron fuego a casas y estructuras en la zona.
Se culpa a la facción militante islamista conocida como las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF). Originarias de Uganda y ahora afiliadas a IS-CAP (Provincia de África Central del Estado Islámico), las ADF tienen un historial de ataques contra comunidades cristianas en el este del Congo con extrema violencia. En los últimos meses, se han producido ataques similares: en la provincia de Ituri, al menos 34 feligreses fueron asesinados; en Komanda, decenas murieron durante una vigilia; en Lubero, se encontraron más de 70 cadáveres en una iglesia protestante, muchos con las manos atadas y las cabezas cortadas.
Grupos de ayuda religiosa y líderes eclesiásticos han condenado la masacre y están instando a la intervención internacional. La conferencia de obispos congoleños ha denunciado las “odiosas masacres” contra los fieles, y Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha pedido mayores esfuerzos para proteger a los civiles, defender la libertad religiosa y restablecer la estabilidad. Mientras tanto, las autoridades locales están intentando enterrar a los muertos y fortalecer la seguridad, aunque las operaciones de las milicias en la región siguen siendo generalizadas y difíciles de reducir.
El obispo Melchisédech Sikuli Paluku de la diócesis de Butembo-Beni ofreció oraciones de consuelo a los supervivientes y a las familias en duelo, invocando a la Santísima Virgen María para que los consuele y guíe a los fieles hacia la paz en medio del sufrimiento.
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