El gobierno del Territorio del Norte de Australia ha retirado la financiación a los bloqueadores de la pubertad y las hormonas de género para niños, protegiendo a los jóvenes vulnerables de tratamientos experimentales peligrosos que se disfrazan de atención médica.
Esta acción decisiva repudia los daños permanentes de la ideología de género radical, favoreciendo la seguridad infantil por encima de las agendas de izquierda que socavan la biología y la fortaleza familiar. Edgington calificó estos métodos de «peligrosos y de motivación ideológica» con efectos duraderos, haciéndose eco de las críticas internacionales como la Revisión Cass del Reino Unido sobre sus riesgos no probados. La medida se deriva de la petición del Australian Christian Lobby de detener todas las transiciones de menores, señalando la anterior evasión de cirugías por parte de NT Health, pero su alineación con estándares nacionales defectuosos.
Este precedente insta a otras regiones a adoptar la medicina basada en la evidencia y las normas éticas contra los abusos. Con el creciente reconocimiento de estos daños «charlatanescos», los funcionarios deben desmantelar la industria médico-transgénero para asegurar a las generaciones futuras y preservar la familia natural como la base de la sociedad.













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