Un nuevo estudio publicado el 24 de noviembre de 2025 revela que una gran mayoría de los médicos de Florida se oponen a las intervenciones médicas transgénero para menores, desafiando directamente las posturas de las principales asociaciones médicas. Realizada por el grupo de defensa Do No Harm del 24 de mayo al 2 de junio de 2025, la encuesta sondeó a 736 médicos con licencia de Florida y 600 votantes, y encontró que el 66% de los médicos apoyan las leyes estatales que prohíben los bloqueadores de la pubertad, las hormonas del sexo opuesto y las cirugías para menores de 18 años, lo que refleja una aprobación pública del 60%.
Solo el 11% de los médicos se opuso un poco a tales prohibiciones, mientras que el 23% se opuso firmemente a ellas. La encuesta también destacó la preocupación por el fuerte aumento en los diagnósticos de disforia de género entre los menores, que aumentó de 15.172 en 2017 a 42.167 en 2021. Un total del 64% de los médicos consideró esta tendencia como preocupante, en comparación con solo el 1% que la vio como positiva y el 35% neutral; el sentimiento público fue ligeramente menos alarmado, con un 49% expresando preocupación.
Los expertos atribuyen el aumento a una posible sobremedicalización, exacerbada por intervenciones cuyos riesgos, como las mayores posibilidades de cáncer, coágulos sanguíneos y muerte, superan los beneficios no probados, según las revisiones federales. En cuanto a las políticas relacionadas, el 75% de los médicos respaldó la exigencia de que los atletas transgénero compitan según su sexo asignado al nacer, lo que se alinea estrechamente con el 76% de los votantes. La encuesta subraya una creciente desconexión entre los médicos de base y organizaciones como la Asociación Médica Estadounidense y la Academia Estadounidense de Pediatría, que respaldan estos tratamientos a pesar de la escasa evidencia de eficacia a largo plazo.
Los hallazgos refuerzan las leyes de protección existentes en Florida y señalan implicaciones más amplias para los debates nacionales, ya que reflejan la alineación pública y profesional contra las intervenciones que carecen de un respaldo científico sólido. Con las asociaciones médicas enfrentando escrutinio, el estudio aboga por reformas para extirpar las influencias ideológicas de la capacitación y la política de la atención médica, asegurando que las decisiones prioricen la excelencia y la integridad.













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