La Comisión Europea está impulsando una propuesta radical que permitiría a los niños de cualquier edad elegir legalmente su género, sin evaluación médica, evaluación psicológica ni edades mínimas. En virtud del proyecto de Estrategia para la Igualdad LGBTIQ+ 2026-2030, la Comisión impulsaría modelos de “autodeterminación” que eliminen todos los límites de edad para el reconocimiento de género.
Específicamente, la propuesta eliminaría los requisitos de que los menores demuestren que se han sometido a un tratamiento o revisión diagnóstica antes de cambiar su sexo legal. Aún más alarmante es que sugiere prohibir la “terapia de conversación” destinada a ayudar a los niños a explorar las dudas sobre su identidad de género. La Comisión también presionaría a los Estados miembros reacios amenazando con retener fondos de la UE a las regiones que se resistan a cumplirla.
Actualmente, solo 9 de las 27 naciones de la UE permiten la autoidentificación de género sin intervención médica. Otros exigen cartas de médicos, informes psicológicos o edades mínimas. Bruselas pretende eludir la soberanía nacional e imponer una ideología de género única en todo el continente.
Defensores de los derechos de la mujer y expertos jurídicos han dado la voz de alarma. Argumentan que este cambio borra importantes protecciones basadas en el sexo, socava las salvaguardias para los niños y concentra el poder ideológico en burocracias no elegidas.
Aunque actualmente no es vinculante, la política propuesta se vislumbra como una plantilla para su futura aplicación. Si es aprobada por los gobiernos miembros, podría remodelar fundamentalmente las leyes nacionales que rigen la identidad, la infancia y la autonomía corporal, desligándolas de las restricciones médicas y éticas.
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