PREMISA
La política se construye del bien común y la erradicación de las estructuras de pecado, procurando la amistad civil. La cuestión, de acuerdo con la doctrina social de la Iglesia, no es si debe intervenirse en ella, sino cómo debe hacerse en las diferentes condiciones concretas.
EL ESCENARIO
Definimos brevemente en cinco rasgos:
- Hoy los cristianos no disponemos de un verdadero interlocutor político, en el sentido de que ninguna fuerza parlamentaria recoge en grado suficiente y no contradictorio la concepción cristiana. Sin rechazar el diálogo y los puentes con nadie, no hace falta engañarnos, es necesario transformar esta situación y la dinámica política y los marcos legales culturales y morales que crea, cada vez más adversos a la concepción cristiana y a la evangelización.
- Los partidos e instituciones viven una situación de descrédito y alejamiento. La demagogia, la corrupción y la partitocracia degradan la política. Sus malas prácticas lo contaminan todo. Están convirtiendo el Estado de derecho en un Estado de leyes en el que impera una reducción asimétrica de los derechos, en función de si eres de los suyos o no. Evitarlo y regenerar la política es un deber.
- El catolicismo hoy es una realidad contracultural. Hay que asumirlo. Nuestro trabajo debe ser transformar la contracultura en alternativa a todo lo malo, decadente, corrupto y malicioso, que llena la vida política y social.
- El cristianismo y la Iglesia son poco relevantes en el debate público, en el proyecto cultural y moral de la sociedad, y el cristianismo social tiene escasa incidencia en las leyes y las políticas públicas.
- Más allá de la acción individual, la Iglesia no está dando suficiente respuesta a la acción del pueblo de Dios, es decir, la acción colectiva en la construcción del bien común.
UN ESBOZO DEL CAMINO: 10 PUNTOS POR EL PROYECTO SOCIAL CRISTIANO DE TRANSFORMACIÓN
- Formar sobre la realidad. Contribuir al conocimiento en el seno de la Iglesia del análisis de las leyes contrarias a la concepción cristiana, aprobadas y en tramitación.
- Hacer una buena crítica de la política y cultura imperante, presentando siempre y al mismo tiempo una alternativa. Disponer, hacer públicas propuestas, proyectos de políticas públicas a partir de la doctrina social de la Iglesia en forma de aplicaciones concretas. Son buenos por su naturaleza; no porque partan del hecho cristiano.
- Iluminar las causas de las crisis que vivimos de forma regular y sistemática. Presentar la concepción y la mentalidad cristiana como alternativa. La política actual está basada en la polarización y el desprestigio del otro. La nuestra, en el diálogo, en la permanente capacidad de establecer puentes y en el reconocimiento y respeto al otro.
- Ser fermento. Centrar esfuerzos en la labor prepolítica de construir el colectivo cristiano, apoyando o lanzando iniciativas de base, dando prioridad a la formación en doctrina social de la Iglesia, especialmente entre los jóvenes, comunicando, colaborando, contribuyendo con acciones directas. Y organizar a los cristianos en sus ámbitos, profesionales, laboral y de estudio; maestros y profesores, mundo del derecho, etc. Hacer frente a la transformación del Estado de derecho en Estado de leyes.
- Mantener la labor de mediación con los partidos cuando sea posible. Es necesario dialogar con los cristianos de los partidos, buscando que sitúen las exigencias de su fe por encima de las del partido.
- Incidir en el debate de ideas y proyectos políticos, promoverlo, procurar liderarlo progresivamente. Desplegar y aplicar las propuestas concretas que hemos estado desarrollando: defensa y promoción de la vida y su dignidad, que incorpora también todas las dimensiones sociales y económicas, respeto y protección de la creación, derechos de los padres y sus consecuencias en la libertad de las escuelas concertadas, promoción del matrimonio, la familia, la maternidad y la descendencia, la protección y promoción de la dignidad de la mujer, respuesta a la crisis antropológica y social provocada por la ideología de género, el ejercicio de los derechos individuales y colectivos de las personas religiosas en el espacio público y político, la recuperación del estado laico, sustituido por un estado de práctica atea, entre otros. Utilizar la plataforma, ya consolidada, de ForumLibertas como herramienta de debate y divulgación de ideas y proyectos.
- Organizar y movilizar a los católicos en una corriente social que progresa en la cohesión de sus ideas, porque parte de la perspectiva cristiana, de la doctrina social de la Iglesia trabajada para convertirla en aplicaciones concretas, se moviliza, socializa el voto y la organiza. Hay que mover a los católicos, movilizarlos, conseguir su compromiso con la política, entendida no en términos de partido, sino de construcción de bien común. En este sentido, habría que buscar iniciativas existentes, no necesariamente católicas, para sumarnos. Por otra parte, la CSC presenta ventajas que pueden atraer a personas que tienen vocación política, evitando que se pierdan o dispersen, para enarbolar una bandera nueva y diferente en medio de una gran crisis de transición y de crisis de la política y de los partidos.
- Servicio de orientación a la comunidad para informarle de las leyes y políticas en lo que importa, y empoderarla por medio de nuevas leyes electorales y la posibilidad de referéndums revocatorios.
- Especial atención al trabajo de organización, formación, movilización de los jóvenes y de las personas y grupos hispanoamericanos.
- Una especial atención a la comunicación digital, potenciando y haciendo más fuertes y eficaces los medios actualmente disponibles.
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