¿Qué sucede cuando sientes más sintonía con tu mejor amigo que de cualquier pareja romántica con la que hayas salido? ¿O cuando no estás realmente interesado en el matrimonio, pero quieres construir una vida con alguien?
Si eres como April Lexi Lee y Renee Wong, se te puede encuadrar en la “unión vital platónica”. En un artículo deUSA Today, la pareja abogaba por normalizar otras definiciones de amor como la suya. Su relación, dicen, es tan o más comprometida, respetuosa y “estratégica” como la de un matrimonio, pero carece por completo de cualquier componente romántico o sexual. La pareja define su unión como “un profundo amor platónico y también un compromiso mutuo, como el matrimonio, en el que estamos tratando de construir el siguiente paso para nuestras vidas juntos”, incluyendo cosas como una cuenta bancaria conjunta, la compra de una casa juntos, e incluso formar una familia.
Otra pareja que aparece en el artículo -Jay Guercio y su mejor amiga Krystle- va un paso más allá. Se “casaron platónicamente” en noviembre de 2020, y ahora crían juntos a un hijo adoptado. (Lee y Wong tienen cada uno su propia vida de citas, pero tienen claro que su primer compromiso es con su amor platónico). Dice Guercio: “Queremos educar a los niños de la misma forma. Tenemos las mismas ideas sobre cómo deben ser la economía familiar. Somos simbióticos en nuestra forma de trabajar… tenía sentido empezar a construir la vida que queríamos vivir juntos”.
La consejera y sexóloga Cyndi Darnell dice a USA Today que, en su opinión, las parejas platónicas “pueden tener ‘absolutamente’ el mismo éxito que un matrimonio tradicional, porque ‘la pareja se basa en valores compartidos'”. Otros partidarios del matrimonio platónico o de las parejas de hecho argumentan que las razones para llegar a estos enlaces son mucho más estables y duraderas que la mera atracción sexual o romántica.
¿Qué debemos hacer con esta lucura? Todos reconocemos que la amistad es algo grande y extraordinario. Si dos personas amigas, deciden fomentar su amistad, tal vez incluso siendo compañeros de piso o comprando una casa juntos, mejor para ellos. Pero hay una parte de esta historia que debería inquietarnos: las palabras “matrimonio” o “pareja de hecho”. Estas parejas no sólo intentan ser amigos. Intentan imitar lo mejor del matrimonio, en una relación que claramente no es un matrimonio. Están diluyendo aún más el significado de la palabra matrimonio, despojándola de su potencial erótico o procreador. Y no sólo se involucran a sí mismos, sino también a los niños que de alguna manera puedan llegar a estos hogares, a pesar de que décadas de investigación demuestran que un hogar con un matrimonio, con una madre y un padre, es el mejor entorno para el bienestar de los niños.
Nuestra visión social del amor está tan desordenada que tan sólo el propio filósofo Platón podría entender.