El ministro japonés de Política Infantil, Masanobu Ogura, encargado de atajar el descenso de la natalidad, presentó el viernes un borrador de propuesta para revertir la catástrofe demográfica del país. Esto incluye mayores subsidios para la crianza y educación de los hijos y un aumento salarial para los trabajadores más jóvenes como incentivo para casarse y tener hijos.
Como todos sabemos, la población de Japón, de más de 125 millones de habitantes, lleva 15 años disminuyendo y se prevé que se reduzca a 86,7 millones en 2060.
La disminución y el envejecimiento de la población tienen enormes implicaciones para la economía y la seguridad nacional. Tras las promesas realizadas por el Primer Ministro japonés en los últimos meses, la Ministra de Asuntos de la Infancia declaró que los próximos años representan quizá “la última oportunidad” para que Japón invierta el descenso de su tasa de natalidad.
Si el número de nacimientos sigue disminuyendo al ritmo de principios de la década de 2000, en 2030 la población joven seguirá siendo la mitad de la actual, lo que tendrá consecuencias catastróficas para el país.
Muchos jóvenes japoneses han renunciado a casarse o a tener familia, desanimados por las malas perspectivas laborales, las organizaciones empresariales incompatibles con el trabajo de ambos progenitores, especialmente las mujeres, y la escasa tolerancia pública hacia los niños pequeños.
El ministro Ogura propone más ayudas económicas, como más subvenciones públicas para la educación de los hijos, préstamos estudiantiles más generosos para la enseñanza superior y un mayor acceso a los servicios de guardería.
También pretende cambiar la mentalidad cultural hacia una mayor igualdad de género tanto en el trabajo como en casa. La propuesta también incluye un aumento de las ayudas públicas a las empresas para animar al personal masculino a acogerse al permiso de paternidad, que ha sido un punto de discordia para los padres trabajadores, que temen represalias.
El paquete de propuestas se presentó al Primer Ministro, Fumio Kishida, para su estudio. En 2022, Japón tuvo 799.728 nuevos nacimientos, un mínimo histórico, cayendo por debajo de los 800.000 por primera vez desde que comenzaron las encuestas en 1899, para muchas parejas existen dificultades económicas que les impiden buscar un segundo y tercer hijo.
La propuesta de Ogura no menciona el coste estimado, pero se han filtrado planes para cubrir los costes de las medidas sobre natalidad y familia mediante la emisión ad hoc de “bonos del Estado”.
El presupuesto para políticas infantiles podría cubrirse con bonos del Estado, una brillante idea que el Partido Liberal Democrático (PLD) está estudiando para adoptar medidas“sin precedentes” que contrarresten el descenso de la natalidad en el país.
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