En el primer año de la administración radical pro-aborto de Joe Biden y Kamala Harris, Estados Unidos ha aprobado más leyes provida y de protección de la vida a nivel regional (es decir, estatal) que nunca, y eso que sólo han pasado ocho meses: 19 Estados han aprobado un total de 106 restricciones legislativas al aborto, y entre las los cinco primeros de esta clasificación no está Texas, el Estado del maravilloso Proyecto de Ley número 8 del Senado que entró en vigor el primero de setiembre, lo que significa que hay Estados que, cuantitativamente, han hecho incluso más que el salva-vidas de Texas.
Pero la ley de Texas sigue siendo la más querida, por un lado, y la más odiada por otro porque tiene el potencial de desbaratar por completo la decisión del Tribunal Supremo federal de 1973 que cerró el caso Roe v. Wade declarando el aborto no ilegal. La batalla no ha hecho más que empezar.
Después de la acritud con la que el presidente Joe Biden respondió al “Proyecto de ley número 8 del Senado” (S.B. 8) aprobado el 1 de septiembre, tras su suspensión por parte de un primer juez, tras la violencia con la que el el ministro de Justicia, Merrick Garland, pretendía anular la ley de Texas y toda la arquitectura constitucional de los Estados Unidos, y tras la congelación temporal de la S.B. 8 por parte del juez Robert L. Pitman ha llegado su congelación permanente por parte del mismo juez Pitman el 6 de octubre. Pero había pasado poco más de una hora y el Estado pro-vida de Texas había ya apelado. Ahora, la batalla por la vida que libra Texas no ha hecho más que empezar porque, sin duda, todo acabará en el Tribunal Supremo Federal.
Mientras tanto, otros estados de la Unión Norteamericana imitan virtuosamente a Texas, y el fuego se extiende. El 1 de diciembre, por ejemplo, el Tribunal Supremo Federal empezará a examinar el caso de Mississippi, que desafía frontalmente la lógica del caso Roe contra Wade, pidiendo la abolición de la cláusula que prohíbe el aborto si un bebé en el vientre materno que nace prematuramente tiene posibilidades médicas de sobrevivir fuera de él.
Hoy, frente a esta lucha sin cuartel, viendo el enorme logro materializado por las 106 nuevas legislaciones estadounidenses a favor de la vida, considerando el papel fundamental de bisagra que está jugando Texas, si la historia se hace con “si…” y “peros” -como sugirió el medievalista Marco Tangheroni-, tal vez la política también pueda hacerse con milagros, ¿alguno recuerda que en el Texas de la ley salva-vidas de hoy, y tras una batalla librada a las puertas del parlamento de Austin entre los antiabortistas liderados por el gobernador protestante Rick Perry y los proabortistas que tampoco desdeñaban invocar a Satanás -en el parlamento laico de Austin-, el mismo que aprobó la ley que hoy salva vidas, un 22 de junio de 2014 la procesión eucarística del Corpus Christi entró por primera vez en un parlamento laico estadounidense. Que se ha mantenido límpidamente laico y antiabortista.
Actualización del 9 de octubre de 2021
El recurso de Texas contra el bloqueo de la ley de salvamento que entró en vigor el 1 de septiembre fue finalmente admitido. En Texas, se vuelven a salvar vidas inocentes. Me alegro extraordinariamente de que mi artículo publicado en el periódico Libero de hoy sea ya antiguo.