China necesita políticas familiares más fuertes para estimular la natalidad. Recientemente, uno de los principales expertos chinos en planificación familiar declaró también que China debería reforzar los incentivos para fomentar la creación de familias y aumentar la tasa de natalidad, ya que el descenso de la población del país podría amenazar a la segunda economía mundial.
La población de China continental disminuyó en 850.000 habitantes en un año, el primer descenso desde 1961, hasta los 1.420 millones, según declaró el gobierno, y podría encontrarse por detrás de India como mayor nación del mundo, iniciando un probable largo declive con profundas implicaciones para su economía y el mundo.
Wang Pei’an, subdirector de la Asociación China de Planificación Familiar, ha declarado en los últimos días que se necesitan más incentivos fiscales que también tengan en cuenta la unidad familiar para fomentar los nacimientos en el país.
En su intervención en el tercer “Foro sobre China y el Desarrollo”, celebrado en Pekín, Wang se refirió a la creciente tendencia de las nuevas generaciones a evitar tener hijos, y pidió más incentivos para el empleo, la atención médica, la seguridad social y la vivienda que puedan animar a la gente a formar familias estables y prolíficas.
El gobierno comunista había impuesto, siguiendo las sirenas de las multinacionales “abortistas y maltusianas” la política del hijo único a las familias de gran parte del país entre 1980 y 2015, pero en los últimos años, con el descenso de la población, las autoridades intentan mantener la tasa de natalidad.
Al pedir medidas de apoyo, los responsables sanitarios citan factores como la preocupación por los gastos y el hecho de que las mujeres más jóvenes se centren en sus carreras profesionales.
Una encuesta realizada en 2021 reveló que las mujeres nacidas en la década de 1990 consideraban que el número ideal de hijos era 1,54, mientras que para las nacidas en la década de 2000 era sólo 1,19.
El porcentaje de mujeres que nunca han tenido hijos aumentó a casi el 10% en 2020, desde el 6,1% en 2015. “En China, el nivel de protección de la maternidad sigue siendo muy bajo”, afirmó Wang, quien añadió que sin el esfuerzo de cultivar la necesidad de casarse y tener hijos, sería extremadamente difícil aumentar los niveles de fecundidad.
Según la CCTV, la edad media a la que una mujer se casa por primera vez ha pasado de 22 años en la década de 1980 a 26,3 años en 2020, mientras que la edad del primer parto se ha retrasado hasta los 27,2 años.
Wang citó una encuesta realizada en 2021 por el “Centro de Investigación sobre Población y Desarrollo de China”, según la cual menos del 70% de las mujeres menores de 35 años piensan que la vida sólo está completa cuando tienen hijos.
Discussion about this post