Hoy en Finlandia es un gran día para la libertad de religión y de opinión. El parlamentario Päivi Räsänen y el obispo luterano Juhana Pohjola fueron absueltos de todos los cargos de “homofobia” que pendían sobre sus cabezas. La Fiscalía de Helsinki dictaminó que “no corresponde al tribunal de distrito interpretar los conceptos bíblicos”. Por ello, la fiscalía ha sido condenada a pagar más de 60 mil euros en costas judiciales y tiene siete días para recurrir la sentencia.
Päivi Räsänen había sido acusada de “incitar al odio” tras compartir sus opiniones sobre el matrimonio y la ética sexual, en un tweet debate radiofónico de 2019 y en un ensayo de 2004. Contra el obispo Pohjola, la acusación era más bien que él, como editor, había publicado el panfleto de Räsänen.
La diputada y ex ministra del Interior dice estar “agradecida” y “aliviada” por la sentencia del tribunal. La esperanza de Räsänen ahora es que esta absolución “evite que otros pasen por el mismo calvario” en el futuro.
Las palabras cristianas “perjudiciales”, según la acusación
Desde el primer día del juicio (24 de enero de 2022), el fiscal argumentó que el caso no era sobre creencias o la Biblia. El juez citó entonces versículosdel AntiguoTestamento y criticó la frase “ama al pecador, odia el pecado”. En el alegato final, la fiscalía afirmó que el uso de la palabra “pecado” puede ser “perjudicial” y sugirió fuertes multas en caso de veredicto de culpabilidad.
Por su parte, la defensa, apoyada por la organización Alliance Defending Freedom International (ADF), argumenta que declarar culpable a Päivi Räsänen perjudicaría considerablemente la libertad de expresión en Finlandia. Lo que el ex ministro dijo en las tres acusaciones, dicen los defensores, es una expresión de la enseñanza cristiana.
El Tribunal reconoció que, aunque algunos puedan estar en desacuerdo con las afirmaciones de Räsänen, “debe haber una razón empresarial imperante para interferir y restringir la libertad de expresión”, razón que, en este caso, no encuentra justificación.
No a la censura
“Acogemos con satisfacción la sentencia del Tribunal de Distrito de Helsinki. Es una decisión importante que defiende el derecho fundamental a la libertad de expresión en Finlandia”, afirma Paul Coleman, director ejecutivo de ADF International. “En una sociedad libre, todo el mundo debería poder compartir sus creencias sin miedo a la censura. Esta es la base de cualquier sociedad libre y democrática”, añade Coleman. Criminalizar las opiniones, mediante leyes de “incitación al odio”, socava los “debates públicos” y “supone una grave amenaza para nuestras democracias”, concluye el director ejecutivo de ADF International.