Fraser Health Care, uno de los mayores proveedores de asistencia sanitaria de la provincia canadiense de Columbia Británica, ha recibido reacciones negativas tras enviar una presentación de diapositivas que promovía el suicidio asistido a un grupo de pacientes sanos.
La presentación se incluyó como parte de la información dada a los pacientes sobre sus paquetes de pensiones y presentaba una diapositiva titulada “Expresiones de querer morir” en la que se afirmaba que el suicidio asistido puede proporcionar una sensación de control.
La controvertida diapositiva, también proporcionaba detalles sobre el sistema canadiense de vías para el suicidio asistido, que ofrece dos vías en función de si la muerte se considera “razonablemente previsible” o no. El gobierno canadiense legalizó el suicidio asistido, conocido como Asistencia Médica para Morir (AMM), en 2016.
En marzo de 2021, se modificó la ley para permitir el MAID en los casos en que no sea médicamente necesario o cuando la muerte no sea razonablemente previsible. Además, a partir de marzo de 2024, las personas cuya única afección médica subyacente sea una enfermedad mental podrán acogerse al MAID.
En la presentación de Fraser Health Care se afirma que “no hay periodo de espera” para las personas que reúnan los requisitos y cuyo fallecimiento sea razonablemente previsible. A los enfermos terminales se les puede ofrecer una muerte médicamente asistida en el plazo de un día tras presentar una solicitud y ser evaluados por dos médicos independientes.
Estos avances para ampliar el acceso a la eutanasia en Canadá se producen en medio de historias preocupantes, como la de una veterana del ejército canadiense a la que se le ofreció la eutanasia en lugar de la instalación solicitada de un salva escaleras en su casa. La cabo retirada quedó conmocionada cuando un asistente social de asuntos de veteranos le sugirió la asistencia médica para morir (MAID) como solución alternativa a su petición.
Según un informe de Health Canada, 10.064 canadienses pusieron fin a su vida mediante el suicidio asistido o la eutanasia en 2021, lo que representa el 3,3% de todas las muertes en el país. Esto representa un aumento del 32,4% con respecto a las cifras de 2020.
Desde la legalización del suicidio asistido en 2016, un total de 31.664 personas en Canadá han optado por la asistencia médica para morir.
La promoción y expansión del suicidio asistido en Canadá son preocupantes, ya que normaliza y trivializa una práctica con consecuencias de largo alcance. La presentación de diapositivas enviada a los pacientes sanos muestra una vez más cómo la influencia izquierdista en la práctica médica no se traduce en más vidas salvadas, sino en más vidas arrebatadas en busca de beneficios económicos.
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