¿Drogas suaves? No hay

La esquizofrenia puede desencadenarse por un consumo excesivo de hierba, cuando de otro modo no se desarrollaría en absoluto

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¿La droga blanda? Nunca existió, ahora también está demostrado que “fumar” provoca esquizofrenia grave. Ni que decir tiene que no hace falta la ciencia para demostrarlo, basta con mirar a nuestro alrededor en la vida cotidiana o escuchar “despotricar” en los medios de comunicación o en los programas de televisión.

En cambio, era necesario que este estudio se publicara y, ahora que el New York Times comentando su gravedad y denunciando el grave error que supone apoyar la legalización del cannabis, es justo preguntarse por qué tanto silencio ante la demostración de que “cuanto más se consume marihuana, más se arruina irremediablemente la vida”.

A medida que más y más estados de EE.UU. y de todo el mundo legalizan la marihuana, que la cultura popular considera inofensiva, se hace cada vez más evidente que su consumo conlleva, en cambio, graves riesgos.

Los legisladores deberían dejar de despenalizar el uso recreativo de la marihuana y permitirlo sólo cuando sea prescrito, mediante protocolos estrictos, por médicos colegiados, e incluso entonces, dados los daños irreparables que conlleva, su uso debería ser el último recurso.

El último y preocupante estudio, publicado a principios de mayo, fue realizado por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. El resultado más convincente es que “hasta el 30% de los casos de esquizofrenia entre hombres de 21 a 30 años podrían haberse evitado, evitando el trastorno por consumo de cannabis”.

La esquizofrenia, definida por los Institutos Nacionales de Salud Mental, es “un trastorno mental caracterizado por alteraciones en los procesos de pensamiento, las percepciones, la capacidad de respuesta emocional y las interacciones sociales”. La esquizofrenia suele ser persistente y puede ser grave e incapacitante”.

La esquizofrenia puede desencadenarse por un consumo excesivo de hierba, cuando de otro modo no se desarrollaría en absoluto.
“La imbricación de los trastornos por consumo de sustancias y las enfermedades mentales es un importante problema de salud pública que requiere medidas urgentes y apoyo para las personas que lo necesitan”, afirmó Nora Volkow, directora del NIDA y coautora del estudio.

La existencia de un vínculo entre el consumo de marihuana y la esquizofrenia se conoce desde hace décadas, pero el nuevo estudio no sólo reafirma el vínculo, sino que también muestra la creciente gravedad del problema, especialmente entre los hombres jóvenes. El estudio atribuye la “creciente prevalencia” del problema a la “mayor potencia del cannabis” que se consume hoy en día en comparación con la típica marihuana callejera de hace medio siglo.

En concreto, según Carsten Hjorthøj, autor principal del estudio, “el aumento de la legalización del cannabis en las últimas décadas lo ha convertido en una de las sustancias psicoactivas más consumidas del mundo, al tiempo que ha disminuido la percepción pública de su nocividad. Este estudio se suma a nuestra creciente conciencia de que el consumo de cannabis no es inocuo”.

La esquizofrenia dista mucho de ser el único peligro de lo que la cultura popular considera un entretenimiento inofensivo. El cannabis también se ha asociado definitivamente con la “depresión, la ansiedad y el suicidio” entre los adolescentes. Su creciente aceptación pública también coincidió con una duplicación de los accidentes de tráfico mortales entre 2000 y 2018.

Los casos de intoxicación pediátrica por marihuana han aumentado drásticamente. El documento examina los datos sobre el consumo de opiáceos y marihuana y llega a dos conclusiones clave: la primera es que “la marihuana medicinal, en particular cuando está disponible a través de dispensarios minoristas, se asocia a una mayor mortalidad relacionada con los opiáceos”.

La segunda conclusión es que los datos “para la marihuana recreativa, aunque menos fiables, sugieren que las ventas al por menor a través de dispensarios se asocian a tasas de mortalidad más elevadas que la hipótesis contrafactual de ausencia de cannabis legal”.

Las Naciones Unidas, en su último informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, ya habían expresado su preocupación por la legalización del cannabis para uso recreativo. Para que quede muy claro, en los Estados que la han legalizado, la delincuencia, incluida la de las organizaciones criminales armadas, ha aumentado, no disminuido.

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