Un tribunal de Quebec ha concedido a tres hombres en una relación poliamorosa homosexual plenos derechos legales de paternidad sobre una niña de tres años, lo que marca una de las redefiniciones más radicales de la familia jamás vistas en Canadá. El caso se produce tras una sentencia de 2025 que declaraba «inconstitucional» limitar los hijos a una madre y un padre, abriendo la puerta a los llamados hogares «multiparentales».
Los hombres —Eric LeBlanc, Jonathan Bédard y Justin Maheu— habían estado acogiendo a la niña durante dos años antes de ser autorizados formalmente a adoptarla. En el nuevo marco, el tribunal reconoció a los tres como «padres» iguales, borrando la comprensión natural de que los tutores legítimos de un niño son una madre y un padre.
Esto no es una expansión de los derechos de los padres, sino un ataque directo a la familia natural y al bienestar de los niños. Al normalizar los arreglos poliamorosos, el Estado está enviando el mensaje de que la maternidad y la paternidad son intercambiables, y opcionales. Tales experimentos anteponen la ideología a las necesidades de los niños de estabilidad y a las contribuciones únicas tanto de una madre como de un padre.
Esta sentencia es la consecuencia lógica del desmantelamiento de las leyes tradicionales sobre el matrimonio y la familia que Canadá lleva décadas llevando a cabo. Una vez que se redefinió el matrimonio, no hubo ningún principio limitativo que impidiera el reconocimiento de estructuras familiares cada vez más radicales.
El gobierno de Quebec ha apelado la sentencia judicial subyacente, pero por ahora, una joven está en el centro de un peligroso experimento social. Este caso no se trata de ampliar el amor o el cuidado, sino de que el Estado reescriba la propia naturaleza, y los niños pagan el precio.
Discussion about this post