Pocas son las personas que recuerdan haber oído de muchachos las noticias acerca de la segunda guerra mundial el año 1945 y del inició de lo que se conoció más tarde como la guerra fría que enfrentó a los países occidentales de Europa, aliados a los EEUU, y a la Unión Soviética (Rusia).
En la conferencia de Yalta (a orillas del Mar Negro) en febrero de 1945, el presidente Roosevelt de los EEUU, contra la opinión de Churchill, primer ministro británico, cedió a las pretensiones rusas de permitir que sus tropas ocuparan una parte de Alemania, incluyendo Berlín, y toda Europa oriental, deteniendo el avance del ejército aliado que avanzaba incontenible. Un grave peligro se cirnió entonces sobre toda Europa: que los partidos comunistas, fuertes en Francia e Italia, constituyeran gobiernos favorales a la Unión Soviética.
Surgieron entonces tres líderes europeos que jugaron un rol trascendental, impidiéndolo. En realidad fueron cuatro, pero nos interesan sólo tres porque fueron cristianos católicos.
El primero de ellos es Robert Schuman (1886-1963) nacido en Luxemburgo y de origen germano. Hizo sus estudios universitarios en Alemania, antes de la primera guerra mundial. Pensó en hacerse sacerdote sin llegar a dar ese paso, pero nunca se casó y llevó una vida muy austera.
En 1912 abrió un bufete de abogado en la ciudad francesa de Metz, pero durante la segunda guerra fue arrestado por la Gestapo (policía secreta alemana) por negarse a colaborar con los nazis. Sin embargo, se escapó y se mantuvo escondido en diversos monasterios.
Como Ministro de Relaciones Exteriores de Francia (de 1946 a 1952) fue el principal negociador de su país en la constitución del Tratado de Defensa Mutua (OTAN) firmado en 1945 entre Francia, los tres países del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo), Italia y los EEUU.
Era un firme partidario de la reconciliación entre Francia y Alemania. Aunque no tenía condiciones de orador, el discurso quee pronunció el 9 de mayo de 1950 (conocido como la Declaración Schuman) fue trascendental para la constitución de la Unión Europea, y luego en la constitución de la Comisión Europea del Carbón y del Acero (CECA), mediante la firma del Tratado de París el 18 de abril de 1951. Fue además el primer presidente de la Asamblea Parlamentaria Europea.
Hace años se abrió la causa de su beatificación.
El segundo es Konrad Adenauer (1876-1967) que fue Canciller de la República Federal Alemana de 1949 a 1963, pese a su avanzada edad. Durante su gobierno se produjo el milagro económico alemán que convirtió a su país en una de las principales potencias económicas del mundo.
Era un firme católico que había ejercido el cargo de alcalde de Colonia de 1917 hasta 1933, en que se produjo el ascenso de Hitler al poder. Fue encarcelado varias veces por los nazis, pero fue liberado por las tropas norteamericanas y repuesto en su cargo de alcalde, aunque enseguida fue depuesto por las tropas británicas a las que se confió el control de esa parte del territorio alemán ocupado por las fuerzas aliadas.
Pese a la prohibición británica participó activamente en la creación del partido de la Democracia Cristiana, y fue el primer presidente del Consejo Parlamentario reunido en Bonn, encargado de redactar una constitución para toda Alemania Occidental.
En 1949 obtuvo el reconocimiento de la soberanía de su pueblo y el triunfo de su partido en las elecciones generales de ese año sobre los social domócratas, aunque por un solo voto de diferencia, pero no logró la meta anhelada de reunificar a toda Alemania, debido a la oposició rusa que quería mantener a Alemania Oriental bajo su control. Bajo su gobierno le fue permitido a Alemania rearmarse y hacerse miembro de la OTAN.
Konrad Adenauer era conocido por su carácter autoritario pero también por su gran astucia.
El tercer padre de Europa es Alcide de Gasperi (1881-1954). Nació en el Pieve Tesino, que entonces formaba parte del Imperio Austro Húngaro. Hizo sus estudios universitarios en Viena. Empezó su carrera política como diputado en el Parlamento austríaco de 1911 hasta 1918, siendo ahí representante de una pequeña comunidad italiana en un gran imperio multinacional.
Cuando el Trientino fue incorporado a Italia, adquirió la ciudadanía de ese país. Participó en la creación del Partido Popular Italiano (que después fue llamado Democracia Cristiana). Fue elegido diputado en 1921 y desempeñó un papel importante en la política italiana hasta el ascenso de Mussolini al poder en 1922, siendo destituido en 1926. Fue acusado de actividades antifascitas (El partido fundado por Mussolini se llamaba partido fascista) y condenado a cuatro años de prisión en 1922, pero fue liberado cuatro dos años después, y trabajó como empleado en la biblioteca del Vaticano.
Al terminar la guerra en 1945 se convierte en el líder indiscutible de la Democracia Cristiana. A partir de ese año es Primer Ministro y a la vez inicialmente Ministro de Relaciones Exteriores. Logró que Italia pudiera adherirse a la OTAN e integrar la CECA.
Cuando renunció al premierato en 1953 se convirtió en el primer presidente de la Asamblea Parlamentaria de la CECA. Al inicio de la reconstrucción europea de Gasperi, Adenauer y Schuman se reunían con frecuencia y nació entre ellos una sólida amistad y una estima mutua profunda.
En 1993 se inició el proceso de su beatificación.