Last updated on enero 21st, 2021 at 10:58 am
Si en casi todos los deportes hay competiciones separadas para hombres y mujeres, la razón es claramente lógica y de gran sentido común. En cambio, cuando entra en juego el componente físico, surge la diferencia entre los dos sexos, poniendo de manifiesto la evidente diferencia. Negar este hecho es negar la verdad biológica.
La velocidad y la fuerza muscular
La verdad, es reiterada por un estudio publicadoen Medicina deportiva.Medicina Deportiva y publicado por el diario británicoThe Guardian. Afirma que los hombres son del orden del 10-13% más rápidos que las mujeres en carrera y natación, pero esa brecha se amplía a entre 29 y 52% cuando se trata de bowling, de cricket, levantamiento de pesas y, en general, de deportes que dependen de la masa muscular y la fuerza física. “Las diferencias en el rendimiento superiores al 20% suelen estar presentes cuando se trata de deportes y actividades que requieren grandes esfuerzos de la parte superior del cuerpo”, señala el estudio. Lo que incluso demostró cómo atletas normales masculinos en 10 metros rinden mejor que la actual campeona olímpica de 100 metros.
El caso de los transexuales
A la luz de estas obviedades, la elección del Comité Olímpico Internacional (COI) de admitir a los atletas masculinos transexualesno operados en las competiciones reservadas a mujeres no puede ser más desconcertante e injusto. Los que defienden de esta norma afirman que los atletas se someten a tratamientos hormonales para reducir su testosterona antes de empezar la competición. Sin embargo, el estudio en Medicina Deportiva refuta este argumento: las investigaciones revelan que la pérdida de masa corporal magra, superficie muscular y fuerza es apenas el 5% tras doce meses la toma de los medicamentos reductores de testosterona. Incluso, explican, que cuando la tetorsterona es reducida en cantidades significativas, es decir, por un nanomolar por litro (nmol/L), no “elimina la ventaja antropométrica de la masa/fuerza muscular de manera reñevante”.
Opiniones científicas
Por eso no extraña las, de repente, frecuentes victorias arrolladoras de los hombres transgénero en las carreras femeninas. Por consiguiente, los autores del estudio creen que “el COI debe reevaluar” si las directrices actuales son adecuadas y convenientes para las competiciones femeninas. Y también se cuestioann si, desde una perspectiva meramente médico-ética, es aceptable que el COI exija a los atletas transexuales reduzcir significativamente su testosterona para poder competir con las mujeres.
Hace años ya se alzó la voz en las páginas de La Gazzetta dello Sport. voz contraria del famoso fisiólogo italiano, el profesor Arsenio Veicsteinas, que murió en 2017. “El que nace hombre tiene características anatómicas masculinas”, declaró el especialista. “Los que deciden cambiar de sexo conservan su ADN, a pesar de los tratamientos hormonales”, añadió. Y finalmente observó: “La ética del deporte se basa en que competimos en igualdad de condiciones. La equidad de la competencia se ve especialmente anulada cuando un hombre se convierte en mujer: ¿cómo se va a explicar ante las protestas de una mujer que espera jugar en igualdad de condiciones?”
El coraje de no estar de acuerdo
La intolerancia hacia la decisión del COI va más allá del mundo deportivo femenino, aunque frecuentemente la gente prefiere no manifestarse por miedo a ser señalada de discriminación. Una de las pocas personas que se ha atrevido a desafiar a la inquisición de la corrección política es la famosa tenista estadounidense de origen checo Martina Navrátilová, que además es una lesbiana declarada, que ha señalado al sistema como una gran “estafa”. La declaración de Navrátilová la situó en la picota mediática y como foco de los ataques a los Social Media. “Soy una persona fuerte”, dijo el campeona de tenis, “pero temo que los demás se vean obligados al silencio o reducidos a la sumisión”.
Mientras tanto, una pequeña pero significativa señal de luz al final del tunel asoma desde Connecticut, donde un grupo de jóvenes atletas femeninas ha presentado una demanda contra la presencia deatletas trans en las competiciones femeninas. “Tanto mentalmente como físicamente conocemos el resultado de la carrera antes de que empiece,” dice una de ellas, Alanna Smith, hija del ex-jugador de béisbol Lee Smith.
La ley a favor de las deportistas
Pero ahora estas jóvenes atletas estadounidenses tienen un apoyo político. La congresista Tulsi Gabbard, del Partido Demócrata, ha presentado un proyecto de ley , llamada Proteger la Ley de Deportes de la Mujer, junto con su compañero republicano Markwayne Mullin, pidiendo que se prohíba a los atletas masculinos trans competir en eventos femeninos. Para quienes defendemos los derechos de la mujer, negar las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, dice Gabbard, es “el colmo de la hipocresía”. Ahora nien, este proyecto de ley no agrada a los líderes del Partido Demócrata, pero a pesar de ello así bromea Gabbard, sobre la diferencia entre los sexos “es un hecho científicamente establecido.” Puedes ver que para algunos círculos la ciencia es sólo ciencia cuando ésta se ajusta a la agenda política.
Discussion about this post