Si las drogas son gratuitas, aumentan los jóvenes consumidores

Estudio del CNR: la despenalización reduce la percepción del riesgo

Imagen de Flickr

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Entre los jóvenes consumidores ocasionales de drogas, la despenalización de la posesión puede aumentar el consumo, mientras que las restricciones normativas pueden reducirlo. Lo que puede parecer una obviedad, es el resultado de un estudio realizado por el Instituto de Fisiología Clínica del Consejo Nacional de Investigación (CNR ), publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health. A partir de datos recogidos en 20 países europeos entre 300.000 estudiantes de secundaria durante 20 años, el estudio analizó las percepciones sobre la disponibilidad y el consumo de sustancias entre los jóvenes consumidores ocasionales y frecuentes.

Las restricciones disuaden

La coordinadora del estudio es Sara Molinaro, del CNR-IFC. “Las políticas sobre drogas se centran cada vez más en los efectos que éstas pueden tener en los adolescentes”, afirma. “En particular”, añade, “el cannabis sigue siendo la sustancia más consumida, como confirman los últimos resultados del ESPAD (Proyecto Europeo de Encuestas Escolares sobre el Alcohol y otras Drogas), ya que el 16% de los adolescentes europeos declararon en 2019 que lo habían probado al menos una vez en su vida.” Molinaro señala que “para los consumidores poco frecuentes no hay un aumento significativo de la percepción de disponibilidad en los países que han despenalizado o descriminalizado la posesión personal de cannabis. Sin embargo, la percepción de la disponibilidad ha disminuido en casi 6 puntos porcentuales en algunos países en los que se han aumentado las sanciones, como es el caso de Italia entre 2007 y 2014.

Un aumento del 7%.

Se examinaron cinco reformas de medicamentos. Las reformas más liberales mostraron un aumento del consumo de casi el 7%, mientras que las más restrictivas mostraron un descenso de aproximadamente el 3%. Las indicaciones que ofrece la lectura integrada de los resultados son las siguientes: “El hecho de que las reformas más liberales se asocien a un aumento del consumo ocasional indica que entre los estudiantes puede haberse producido una reducción del estigma y la percepción de riesgo relacionados con el consumo”, afirma Molinaro. “Las políticas tanto de despenalización como de aumento de las penas por posesión de cannabis, sin embargo, desempeñan un papel limitado entre los consumidores con mayor riesgo de desarrollar un consumo problemático”.

Campañas de sensibilización

Según Molinaro, de forma más general, la investigación recuerda el papel fundamental de otros factores, “como las campañas de información y prevención, subrayando la importancia de invertir en políticas basadas en la evidencia”. Intervenciones similares pueden desempeñar un papel importante en el fortalecimiento de la comprensión de los jóvenes de los riesgos que pueden estar asociados con el consumo de la sustancia, independientemente de la percepción de su disponibilidad”.

El referéndum

Más que la información y la prevención, la campaña sobre el cannabis que ha saltado a los titulares recientemente es la de la legalización. Tras una fase online que recogió 500.000 firmas, se han instalado puestos en la calle durante unos días. Las adhesiones recogidas deberán entregarse antes del 31 de octubre para poder convocar un referéndum. “Legalizar el cannabis se puede hacer y es útil para todos”, dice uno de los promotores de la iniciativa, el subsecretario de Exteriores Benedetto Della Vedova.

Uno de cada tres estudiantes fuma

Sí, útil sí: pero producir más jóvenes consumidores de drogas, como muestra el estudio del CNR. Y ya hoy, como explicaba a “iFamNews el magistrado Alfredo Mantovano, vicepresidente del Centro de Estudios Rosario Livatino, un tercio de los estudiantes italianos, el 33,6%, que corresponde a unos 870.000 jóvenes, ha consumido al menos una droga a lo largo de su vida. Una cuarta parte, el 25,6%, correspondiente a 660 mil estudiantes, consumió en 2018. “Cientos de miles de personas en edad de desarrollo”, observó Mantovano, “se ven así sometidas cada año a una fuerte agresión al sistema nervioso, al sistema respiratorio y a la capacidad reproductiva, por mencionar sólo algunos de los elementos más afectados por los daños de la sustancia”.

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