El Dr. Marc Siegel, colaborador médico de Fox News, criticó los programas de suicidio asistido en Holanda, expresando su preocupación por las miles de muertes que se han producido como resultado de estos programas en la última década.
El Dr. Siegel, que cree firmemente en el papel de los médicos a la hora de disminuir el sufrimiento y prolongar la vida, declaró que no existe ninguna razón para acabar con la vida, citando la eficacia de los cuidados paliativos y de los hospicios a la hora de proporcionar consuelo a los que sufren.
Una nueva investigación de la Universidad Kingston del Reino Unido revela que Holanda ha practicado la eutanasia a un número significativo de personas por lo demás sanas con autismo y discapacidad intelectual como parte de su programa de suicidio asistido.
Esto ha planteado cuestiones sobre quién tiene autoridad para tomar decisiones sobre quién vive y quién muere, con inquietudes sobre el papel del Estado y de los médicos a la hora de determinar la calidad de vida y el sufrimiento de las personas con discapacidad intelectual.
El estudio mostró que los factores directamente asociados con la discapacidad intelectual y/o el autismo fueron la única causa de sufrimiento en el 21% de los casos y un factor contribuyente importante en el 42% de los casos. Muchos médicos determinaron que no había esperanza de mejora para los discapacitados intelectuales, ya que no existe tratamiento para su enfermedad.
Entre 2012 y 2021, más de 60.000 personas fueron asesinadas en los Países Bajos a petición propia. Mientras que los Países Bajos han estado a la cabeza en la legalización del suicidio asistido, existe un movimiento creciente también en Estados Unidos, con más estados considerando ampliar la práctica.
Que los médicos ayuden a poner fin a la vida de alguien plantea profundas preocupaciones éticas y va en contra de los principios de la medicina. Algunos creen que este enfoque legislativo y social de acelerar la muerte no está en consonancia con la profesión de sanador.
El Dr. Siegel cuestionó la noción del derecho de un individuo a decidir si se somete a un suicidio asistido, afirmando que la vida es un don de Dios y que no es función de los médicos ayudar en el suicidio.
La lucha contra el suicidio asistido se considera parte del movimiento provida más amplio, que pretende defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Sus defensores argumentan que es necesario promover una cultura de la vida para combatir la creciente tendencia al suicidio asistido.
Estos acontecimientos ponen de relieve las preocupaciones y los debates éticos en torno a los programas de suicidio asistido en Holanda y Estados Unidos, y arrojan luz sobre el papel del movimiento provida en general en el debate.