El siglo XX se presentó crucial para la expansión de las ideas eugenésicas. Varios son los personajes relevantes que la impulsaron.
El movimiento de la eugenesia nació en Inglaterra, pero comenzó en Estados Unidos a través del financiamiento de la familia Rockefeller, los Ford y Carnegie, entre otros. Este último originó el proyecto de la “Ciencia del Hombre”, cuyo objetivo era rediseñar socialmente a la humanidad para extirpar a quienes fuesen considerados “indeseables” por la élite. Es decir, un plan eugenista.
John Davison Rockefeller inyectó enormes cantidades de dinero a programas universitarios para propagar las ideas eugenésicas. También ayudó a personas como Margaret Sanger y la IPPF[1].
A principios del siglo XX, después de la primera guerra mundial, la escasez económica era muy elevada y los movimientos eugenésicos cobran mayor fuerza, en especial en Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos. La simpatía por las ideas eugenistas se difundió entonces muy rápidamente en los medios universitarios de estos países.
En 1904, por ejemplo, se creó una cátedra de eugenesia en la universidad de Londres. Y en 1907 se funda la Sociedad Internacional para la Higiene Racial, con el fin de extender estas ideas eugenistas de Francis Galton, el padre de la eugenesia.
Un ejemplo de sus frutos son las 38.000 esterilizaciones realizadas en Estados Unidos entre 1907 y 1941, sobre todo en enfermos mentales, así como en ciegos[2]. Un dato interesante es que sirvió de modelo a Hitler.
William Henry Gates II, padre del multimillonario magnate tecnológico Bill Gates, “trabajó en las juntas directivas de innumerables organizaciones, incluidas United Way y Planned Parenthood”. La revista de la Universidad de Washington, institución de la que fue alumno, así lo confirma[3].
Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono, con la masa de dinero que acumuló en sus empresas, apoyó la eugenesia[4]. El motivo se debía a que su madre padeció sordera. Tras unos estudios realizados sobre el tema de la herencia le llevaron al convencimiento de que la “sordomudez” era una enfermedad por herencia familiar, cuya incidencia aumentaba enormemente si ambos miembros de la pareja pertenecían a familias afectadas, como era su propio caso. En varias ocasiones expresó públicamente que las personas sordas no deberían casarse entre ellos, ya que la prevalencia de la sordera en los hijos aumentaba de forma importante.
De esto se desprende su apoyo a las llamadas leyes de Mendel que son el conjunto de reglas básicas sobre la transmisión por herencia genética de las características de los organismos padres a sus hijos y que constituyen el fundamento de la genética.[5] Johan Gregor Mendel fue el creador de la genética[6]. Llevó a cabo unos experimentos con plantas, que le llevaron a formular una serie de leyes. Dichos estudios quedaron en el olvido, así como sus leyes de la transmisión genética de las características de los individuos. Décadas más tarde, genetistas y otros especialistas investigaron en base a sus tesis de la herencia genética.
En 1940 se produjo la “síntesis moderna” altamente peligrosa: la unión de la teoría de la evolución darwiniana mediante la selección natural con la genética de Mendel.
La eugenesia tuvo dos caras, o dos versiones. La denominada “positiva”, que buscaba potenciar la salud a través de la higiene, el ejercicio, la nutrición adecuada y la sanidad sexual. Según expone la experta Engs[7], se alentaba a hombres y mujeres a casarse con personas sanas y se cuidaba la salud infantil: “durante la época del movimiento eugenésico, Francia, España, Reino Unido, la mayor parte de Canadá y Latinoamérica fomentaron la eugenesia positiva”[8].
Pero, por otro lado, la eugenesia dio lugar a leyes que exigían certificados de salud sexual para conceder un permiso de matrimonio, o se justificaban persecuciones a los colectivos considerados indeseables. Por su diversidad de medidas, la eugenesia se convirtió en lo que hoy llamaríamos una política transversal[9]. (Interesante tema en el que nos podremos detener en otra ocasión)
Sin embargo, la eutanasia en Estados Unidos fue perdiendo fuerza. Fue su asociación con el régimen nazi lo que acabó dando como resultado su derrota. La comunidad científica comenzó a tildarla de pseudociencia, ya que muchos de los rasgos que pretendía suprimir no eran netamente heredables. Con todo, alguna de aquellas leyes estatales no sería derogada hasta los años 70. Un verdadero genocidio que no ha hecho otra cosa que lavar su cara para transformarse de nuevo, en medio de una sociedad altamente “progre”.
[1] https://www.actuall.com/vida/el-rastro-de-la-eugenesia-por-francisco-saavedra/
[2] El vergonzoso secreto de EE.UU.: la esterilización de miles de discapacitados antes que los nazis (abc.es)
[3] The immense impact of Bill Gates Sr. | UW Magazine — University of Washington Magazine
[4] https://donsigno.com/alexander-graham-bell-y-la-eugenesia/
[5] https://donsigno.com/alexander-graham-bell-y-la-eugenesia/
[6] https://hablandodeciencia.com/darwin-y-las-leyes-de-la-herencia-de-mendel/
[7] profesora emérita de la Universidad de Indiana (EEUU) Ruth Clifford Engs, autora de The Eugenics Movement: An Encyclopedia (Greenwood, 2005)
[8] https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/biociencias/la-era-de-la-eugenesia-cuando-la-pseudociencia-se-hizo-ley/
[9] https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/biociencias/la-era-de-la-eugenesia-cuando-la-pseudociencia-se-hizo-ley/