Grupos de vigilancia de la “desinformación” bien financiados forman parte de una operación encubierta que pone en la lista negra a los medios de comunicación conservadores y trata de expropiarlos, lo que probablemente cuesta a las empresas periodísticas grandes sumas de dinero en publicidad, según ha descubierto una investigación del “Washington Examiner”.
Los grandes anunciantes buscan cada vez más el asesoramiento de grupos supuestamente “no partidistas” que afirman identificar y combatir la “desinformación” on line. Los mismos organismos de vigilancia de la “desinformación” elaboran listas negras secretas de sitios web y las remiten a empresas de publicidad para que financien y cierren discursos impopulares, según fuentes familiarizadas con la situación, memorandos públicos y correos electrónicos obtenidos por el Washington Examiner.
Las marcas que desean promocionar sus productos en on line a través de múltiples sitios web para aumentar su huella digital recurren a empresas de publicidad digital especializadas en mercados globales. A su vez, algunas de estas empresas contratan a rastreadores de “desinformación” para obtener información privada sobre los sitios web que supuestamente deberían “desactivar”.
El Índice Global de Desinformación (GDI), un grupo británico con dos afiliadas estadounidenses sin ánimo de lucro que comparten miembros similares en su junta directiva, es una de las organizaciones que dan forma al mundo de la publicidad entre bastidores. La misión de GDI es “eliminar el incentivo financiero” para crear “desinformación” y su “producto principal” es una “lista de exclusión dinámica” secreta que clasifica las fuentes de noticias en función de su supuesto “factor de riesgo” de desinformación, según el sitio web.
Al menos 2.000 sitios web están en esta lista de exclusión, lo que ha tenido un “impacto significativo en los ingresos publicitarios de estos sitios web”, dijo Melford en un episodio de podcast de marzo de 2022 organizado por la Red de Innovación Tecnológica en Seguridad, un grupo respaldado por el gobierno británico.
Junto con organizaciones similares, GDI ha ganado mucho dinero financiando la persecución de la desinformación. La organización benéfica, con sede en San Antonio, Texas, registró 345.000 dólares en ingresos en 2020, mientras que los ingresos de su fundación privada afiliada aumentaron de alrededor de 19.600 dólares en 2019 a más de 569.000 dólares en 2020, según muestran los registros fiscales.
Discussion about this post