Violentos disturbios de izquierdas estallaron en Los Ángeles cuando activistas radicales incendiaron coches, quemaron banderas estadounidenses y sembraron el caos en protesta por las redadas legales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Estos actos destructivos, que se hicieron eco del caos de los disturbios de Black Lives Matter de 2020, amenazaron la seguridad pública y la propiedad.
El presidente Donald Trump, dando prioridad a la seguridad de los estadounidenses, desplegó con decisión a la Guardia Nacional para restablecer el orden y proteger a los ciudadanos de la escalada de violencia.
El Departamento de Policía de Los Ángeles arrestó a 29 individuos vinculados a estas llamadas “ardientes protestas”, según una filial local de la NBC.
Las pruebas de vídeo muestran claramente a los agitadores de izquierdas participando en una violencia generalizada, gritando vulgares cánticos anti-Trump e incluso llamando a “quemarlo”.
Estas protestas son un ataque flagrante a la ley y el orden, con radicales socavando el estado de derecho mientras los agentes del ICE se limitan a aplicar órdenes legales contra inmigrantes ilegales.
A pesar de la innegable destrucción, demócratas como el senador de Nueva Jersey Cory Booker y el gobernador de California Gavin Newsom calificaron descaradamente los disturbios de “pacíficos”.
Booker, en una entrevista dominical divulgada por Fox News, afirmó: “La realidad es que vemos protestas pacíficas iniciándose en Los Ángeles”, culpando al presidente Trump de “sembrar el caos y la confusión” al detener a inmigrantes ilegales que asistían a audiencias de inmigración.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, redobló la apuesta, haciéndose eco de los temas de conversación liberales al culpar a Trump del caos de la ciudad, declarando: “Lo que estamos viendo en Los Ángeles es un caos provocado por la administración.”
Esta es una negativa imprudente a responsabilizar a los alborotadores, en lugar de utilizar como chivo expiatorio a un presidente que trabaja para asegurar las fronteras y defender la ley federal.
La narrativa de la izquierda descarta la realidad de los coches en llamas, la profanación de banderas y los ataques físicos a vehículos de las fuerzas del orden.
Los disturbios comenzaron un viernes cuando los agentes del ICE ejecutaron órdenes de registro legales, incluso en el exterior de un almacén de ropa donde una turba intentó bloquear los todoterrenos negros y los vehículos tácticos de los agentes.
Los manifestantes gritaron, filmaron e incluso obstruyeron físicamente los vehículos mientras los agentes utilizaban flashes para dispersar a la multitud.
El presidente Trump hizo un llamamiento a la paz y a la aplicación de la ley en la Verdad Social: “Basta con echar un vistazo a las imágenes y vídeos de la violencia y la destrucción para saber todo lo que hay que saber.
Siempre haremos lo que sea necesario para mantener a nuestros Ciudadanos SEGUROS, para que podamos, juntos, ¡HACER A AMÉRICA GRANDE DE NUEVO!”
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