“Gays Against Groomers”, una coalición de homosexuales que se describe en su sitio web como una institución que lucha “contra la sexualización, el adoctrinamiento y la medicalización de los niños”, rechazó un espectáculo de drag queen para padres e hijos en Inglaterra.
“Los padres que llevan a sus hijos a eventos como este deberían perder la custodia y los organizadores deberían ser encerrados en la cárcel. Absolutamente repugnante”, afirmó “Gay Against Groomers” (GAG) en Twitter. Seamos claros, no estamos hablando de un grupo de católicos y/o cristianos fundamentalistas y oscurantistas, ni siquiera de “Hermanos Musulmanes”, no, los miembros y organizaciones aglutinados en la red son ultraliberales y orgullosos de sus batallas e identidades homosexuales y lesbianas.
Precisamente por eso nos reconforta el dramático análisis de la situación que hacen los miembros de “GAG”: la comunidad gay “ha sido secuestrada por activistas radicales que ahora impulsan conceptos extremos en la sociedad, especialmente dirigidos a los niños en los últimos años”.
La ocasión que impulsó a “Gays contra Groomers” a criticar la propagación cada vez más absurda del transexualismo y la violencia contra los niños fue la actividad de la “Caba Baba Rave”, la compañía que organizó un evento de drag queen para padres e hijos y se presentó como una “pequeña delicia vespertina” que intercala el cabaret con “momentos sensoriales cautivadores para los niños” antes de “terminar en una rave”.
El 1 de marzo, la periodista Dominique Samuels compartió en Twitter los vídeos originales del espectáculo, unas imágenes realmente inquietantes. La representación tuvo lugar en medio de padres sentados en el suelo de un salón, aplaudiendo y abrazando a sus hijos. La empresa “Caba Baba Rave” intentó defenderse en un comunicado, subrayando que había sido víctima de un “ataque de trolls”, que tenían problemas contra “artistas drag y no binarios”. La “Caba Baba Rave” tenía previsto realizar un nuevo espectáculo el 11 de marzo, en el marco de un festival local llamado Vault, pero tras la polémica anunciaron la cancelación de éste y otros espectáculos.
Oli London, un cantante e influencer británico que revirtió su cirugía de “cambio de sexo” para volver a ser hombre de forma natural el pasado noviembre, también criticó el programa, que se hizo viral en las redes sociales.
London denunció que “cada vez vemos fotos y vídeos impactantes de drag queens realizando espectáculos sexualmente explícitos y muy inapropiados delante de niños”. Asimismo, pidió una legislación más estricta en el Reino Unido “para castigar a cualquier drag queen o local que haga esto y que prohíba los espectáculos de drag queen para niños”, incluidos los menores de 18 años, ya que se trata de un tipo de “entretenimiento sólo para adultos”. London también se mostró consternado y escandalizado por la presencia de padres, “¿qué clase de padre expondría a sus hijos a esto?”, se preguntó.
Resulta “sorprendente” que el Reino Unido permita este tipo de actos “hipersexualizadores” para los niños, incluso después de los diversos escándalos que han salpicado a la ideología y las organizaciones transexuales del país, desde el dramático escándalo de Keira Bell en la próxima clausura del Tavistock donde se abusó de los niños para poner en práctica expresiones violentas de transición sexual, hasta la expulsión e investigación de la organización LGBTI Sirenas, la promoción de programas escolares “inclusivos”.
El Gobierno británico actúa para frenar el poder que las distintas organizaciones LGBTI tenían en las propias instituciones públicas, la decisión reciente de reducir drásticamente la financiación de la organización Stonewall, objeto de investigaciones y escándalos a lo largo de 2021 y 2022, fue positiva, pero el Reino Unido debe actuar más y con mayor rapidez para proteger a los niños y a las futuras generaciones de ciudadanos. Su Majestad Carlos III.