Japón ha aprobado oficialmente la venta libre de la píldora anticonceptiva de emergencia Norlevo, una decisión que se produce en medio de una profunda crisis nacional de natalidad. La aprobación permite adquirir la píldora sin receta médica ni consentimiento paterno, y sin restricciones de edad. Los farmacéuticos seguirán estando obligados a supervisar la compra, pero, por lo demás, el proceso será sencillo y directo.
Esta medida supone un importante cambio de política en un país conocido desde hace tiempo por su cauteloso enfoque de la medicina reproductiva. Hasta ahora, las mujeres en Japón debían obtener una receta médica para la anticoncepción de emergencia, una norma que a menudo limitaba el acceso. El Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar Social enmarcó la decisión como una cuestión de mejora del acceso a la salud reproductiva, pero el momento elegido ha levantado suspicacias, dada la emergencia demográfica de Japón.
La población del país sigue disminuyendo a un ritmo alarmante, impulsada por la baja fertilidad y una sociedad que envejece rápidamente. Los dirigentes de Japón están enviando señales contradictorias: por un lado, instan a los jóvenes a casarse y tener hijos; por otro, amplían el acceso a la anticoncepción, lo que reduce aún más la probabilidad de tener hijos.
El Gobierno de Japón se enfrenta ahora a la paradoja de intentar promover la vida familiar al tiempo que facilita el acceso a medidas que la suprimen. Con una tasa de fertilidad que ronda mínimos históricos, la decisión pone de manifiesto una creciente división entre la política sanitaria moderna y la necesidad de la nación de preservar a sus futuras generaciones.













Discussion about this post