Una nueva iniciativa de vigilancia está entrando en el ámbito de la educación médica con una misión clara: responsabilizar a las instituciones por el sesgo ideológico y garantizar que el mérito, no la política, sea la fuerza impulsora detrás de la formación de futuros médicos. El recientemente lanzado Centro para la Rendición de Cuentas en Medicina, vinculado al grupo de políticas Do No Harm, dio a conocer su “Índice de Excelencia de la Facultad de Medicina” esta semana, con el objetivo de exponer a las facultades de medicina que elevan las agendas de DEI por encima del rigor académico y la transparencia.
Bajo el nuevo esquema de clasificación, cada facultad de medicina de EE. UU. se evalúa a través de tres pilares: excelencia académica, transparencia institucional y resistencia a los mandatos de DEI. Aquellas que se niegan a tener en cuenta la DEI en sus admisiones o prácticas internas obtienen puntos; las instituciones que incorporan la DEI en su toma de decisiones son penalizadas. La idea es simple: restaurar los estándares, recompensar la claridad y denunciar a las escuelas que enmascaran el bajo rigor detrás de las señales de virtud progresistas.
Las clasificaciones inaugurales otorgaron una puntuación perfecta de 100 a la Facultad de Medicina Morsani de la Universidad del Sur de Florida. Otros de los mejores clasificados fueron la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, la Escuela Perelman de la UPenn, la facultad de medicina de la Universidad de Michigan y la Facultad de Medicina de la UCF. Estas escuelas se distinguieron por mantener altos puntos de referencia académicos, preservar los niveles de calificación abiertos y negarse a subordinar los criterios académicos a los objetivos de DEI.
Al aportar transparencia y medidas estadísticas a las instituciones de formación médica, esta iniciativa tiene como objetivo corregir una deriva ideológica que durante mucho tiempo no se ha controlado en la educación superior. El nuevo sistema de clasificación ofrece una herramienta: que el rendimiento, no la política, sea el estándar por el cual se juzga a las facultades de medicina.