El 25 de septiembre de 1986, Antonin Scalia recibió su comisión judicial como Juez Asociado del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, tras su confirmación unánime por el Senado el 17 de septiembre de 1986.
Nominado por el Presidente Ronald Reagan para cubrir la vacante dejada por la elevación de William Rehnquist a Presidente del Tribunal Supremo, el nombramiento de Scalia marcó un hito en la historia judicial conservadora, ya que se convirtió en el primer italoamericano en el Tribunal y en un firme defensor del originalismo cuya filosofía textualista moldeó profundamente décadas de fallos sobre cuestiones como el derecho a las armas, la libertad religiosa y el exceso de alcance federal.
Este evento consolidó el impulso de la administración Reagan hacia un poder judicial más conservador, influyendo en la dirección del Tribunal durante casi tres décadas hasta que Scalia falleció en 2016.