El 27 de enero, el Tribunal Constitucional de Polonia publicó oficialmente la daclaración prohibiendo el aborto eugenésico. Recordemos que el pasado mes de octubre el tribunal dictaminó que practicar un aborto en los casos de alta probabilidad de enfermedad incurable del niño es incompatible con las disposiciones de la Constitución polaca que garantizan la protección de la vida y la dignidad humanas. Sin embargo, el texto completo de la ley, incluida la motivación de la decisión, tuvo que oficialmente ser promulgada para su entrada en vigor.
En otoño, dicha promulgación provocó la indignación de los partidarios del “derecho al aborto”, y se organizaron protestas masivas en Polonia, acompañadas de acciones violentas de activistas radicales e incluso vandalismo en iglesias católicas.
No se sabe quién estaba detrás de estas acciones. Pero se sabe que acciones masivas similares del movimiento feminista que tuvieron lugar en 2017 fueron organizadas por grupos financiados por organizaciones vinculadas al multimillonario George Soros. La ONG polaca “Institut Ordo Iuris” publicó un informe detallado al respecto. Es posible que en 2020 no se haya evitado totalmente la “tradicional” injerencia de Soros.
Pero una cosa está clara: estas acciones pretendían intimidar a las autoridades polacas. Hasta cierto punto, lo consiguió dado que la publicación, que debía tener lugar el 2 de noviembre, se pospuso.
La presión sobre un país decidido a proteger la vida de sus hijos no nacidos -de acuerdo a su Constitución-, no se detuvo ahí. El pasado mes de noviembre el Parlamento Europeo afirmó que la decisión del tribunal polaco se tomó supuestamente bajo presión del gobierno polaco. La Presidenta del Tribunal Constitucional, contestó acusando al Parlamento Europeo de una injerencia “sin precedentes” en los asuntos internos de Polonia.
A pesar del ruido de las protestas multitudinarias a favor del aborto, la idea de restringir el aborto cuenta con un apoyo mucho mayor de la propia sociedad polaca. Baste recordar que la iniciativa civil “Stop Aborto” en 2017 recogió más de 830.000 firmas ciudadanas en apoyo de un proyecto de ley para prohibir completamente el aborto.
También se escucharon voces pro-vida desde el extranjero. Por ejemplo, la plataforma CitizenGO recogió más de 125.000 firmas a través de una petición internacional en la que se pedía al gobierno polaco “no ceder a las presiones proabortistas, no fallar a los niños más vulnerables y promulgar inmediatamente el veredicto del Tribunal Constitucional de acuerdo con la Constitución polaca”.
Y, finalmente, ha ocurrido. La decisión del Tribunal Constitucional fue publicada y entró en vigor.
Citando su razonamiento:
“El Tribunal ha llamado la atención sobre el hecho de que el término ‘persona’ tiene un significado independiente en la Constitución e independiente de sus significados en el derecho común.
De la esencia de la dignidad natural e inalienable de todo ser humano y de su igualdad se desprende la prohibición de diferenciar el valor de una persona determinada y, por tanto, de su vida. Es inaceptable afirmar que por una característica cualquiera, un individuo es menos valioso que otro como persona. Esta afirmación se aplica no sólo a la etapa postnatal, sino también a la prenatal de la vida humana. Independientemente del hecho del nacimiento, la cualidad de un ser determinado, que es ser humano, no cambia.
Esta afirmación se basa en el hecho observable de que el desarrollo humano y personal es un proceso gradual que ocurre tanto previo como a posteriori del instante del nacimiento. Así, la dignidad natural e inherente, y por tanto la protección jurídica de la vida, no puede limitarse arbitrariamente ni a la plena formación de la persona ni a un determinado momento del desarrollo prenatal del niño. Esta protección se extiende a todo ser humano vivo, siendo irrelevante en este aspecto, su etapa de la vida y su estado de desarrollo.
Los activistas pro-aborto, por supuesto, están preparando nuevas protestas. Es de suponer que George Soros y sus organizaciones les proporcionarán generosamente ayuda y apoyo financiero.
Mientras tanto, el gobierno polaco va a aplicar la decisión del Tribunal Constitucional. Los representantes del gobernante Partido de la Ley y la Justicia afirman que las autoridades polacas centrarán ahora sus esfuerzos en ayudar a los padres de los niños con discapacidad.
“El Estado no tiene ahora derecho a quitar una vida sólo porque alguien esté enfermo, sea discapacitado o tenga mala salud”, declaró a Reuters el diputado del Sejm polaco Bartlomiej Wroblewski.
Aun así aborto sigue siendo legal en Polonia en los casos en que el embarazo es fruto de una violación o pone en peligro la vida de la madre.