Justin Fields, quarterback de los New York Jets, ofreció una actuación notable tras haber sido relegado al banquillo la semana anterior, liderando a su equipo para remontar una desventaja de 15 puntos y vencer a los Cincinnati Bengals.
Después del partido, Fields reconoció abiertamente que su fe cristiana le había ayudado a superar una semana difícil. Dijo que la emoción que sintió en el campo no se debía solo a la victoria, sino a la “bondad de Dios” y a cómo “todo obra para un bien mayor”.
Fields compartió que durante la semana se había “vuelto bastante vulnerable” y admitió haber llorado en su armario por la frustración. Sin embargo, afirmó que su fe le había anclado: “Dios ha estado conmigo en los altibajos… nada puede quebrantarme”, declaró.
Estadísticamente, Fields completó 21 de 32 pases para 244 yardas y un touchdown, marcando su mejor partido de la temporada en medio de la remontada. Los Jets, ahora con 1–7, mejoraron su posición con esta victoria.
Sus comentarios y su admisión realista de dependencia de la fe despertaron la atención no solo por su hazaña atlética, sino también por su inspirador testimonio de la importancia y el poder de la fe cristiana.













Discussion about this post