El presidente Joe Biden, católico, distinguió recientemente a la veterana feminista y defensora del aborto Eleanor Smeal con la Medalla Presidencial al Ciudadano. Este galardón distingue a ciudadanos estadounidenses por su extraordinario servicio a la nación o a sus conciudadanos. El reconocimiento a Smeal sigue la estela de la anterior concesión por parte de Biden de la Medalla Presidencial de la Libertad a Cecile Richards, ex directora de Planned Parenthood. Estos galardones son una contradicción significativa dadas las firmes posturas proabortistas de las homenajeadas, que contrastan fuertemente con las enseñanzas católicas. Eleanor Smeal, actual presidenta de la Fundación de la Mayoría Feminista, fue anteriormente presidenta de la Organización Nacional de Mujeres (NOW). Smeal encabezó la primera marcha nacional a favor del aborto en Washington, DC, en 1986, en la que participaron más de 100.000 manifestantes. Smeal, criada como católica, ha expresado anteriormente sus críticas hacia la Iglesia católica por sus enseñanzas sobre la santidad de la vida, su oposición al control de la natalidad y sus enseñanzas sobre la sexualidad humana. Esta decisión de la administración Biden refleja la creciente alineación del gobierno de Biden con una agenda acérrimamente proabortista. Esta postura se está aplicando en diferentes ámbitos, como las órdenes ejecutivas, las orientaciones de los burócratas del gobierno y los litigios legales. En marcado contraste con su afirmación de fiel católico, la presidencia de Biden ha dado prioridad a políticas proaborto que contravienen las doctrinas católicas que protegen la santidad de la vida.
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