Last updated on septiembre 15th, 2021 at 04:55 am
No veré la película, porque he leído el libro y porque el trailer es suficiente para ponerme de mal humor. Y sí, critico una película sin haberla visto, porque no hay nada que ver.
La nueva Cenicienta dirigida por Kay Cannon presenta a la criada que sueña con una casa y que, cuando su malvada madrastra le niega el baile en el que el Príncipe Azul (Nicolás Galitzine) buscará novia, contraataca diciendo “Mi futuro depende de ello”: no la boda soñada, sino (invirtiendo el medio con el fin) no poder lucir el vestido que ella misma ha cosido durante semanas, el mejor de su elenco casero.
El hada hace acto de presencia en la persona del actor de color Billy Porter, que interpreta al homosexual con el nombre de ‘Fab G’. Con su varita mágica le entrega a Cenicienta (Camila Cabello) un vestido azul masculino con chaqueta y pantalón, como una “mujer de negocios”.
En el gran baile tocan música de Queen. Cuando el Príncipe Azul, enamorado y radiante al verla, reflejando toda su vida en sus ojos dice: “Te elijo como mi princesa”, Cenicienta le responde: “¿Y mi trabajo? No quiere pasarse la vida saludando desde el palco real…” Y luego añade: “Tengo sueños que debo seguir…”. El tráiler sugiere que el apuesto príncipe deja a un lado sus protocolos reales. Tal vez no, pero nunca lo sabré porque no veré la película. Se llama guerra preventiva.
El dolor de estómago, de hecho, es mucho mejor. Así que sé democrático: devuelve esta basura a su creador y recházala con un boicot popular. No pasará nada, por supuesto, será un éxito de todas formas, pero al menos seremos mujeres y hombres de verdad.
Un país que cree que no necesita héroes es un país roto, un mundo donde se violan los cuentos de hadas es un mundo enfermo. Así que niega el sufrimiento de la nueva Cenicienta a tus hijos y a ti mismo. Vuelve al original, cultiva el sueño que te hace libre, capta la libertad que acompaña a la verdad. Sólo lo siento por el buen Pierce Brosnan como el rey.