La CNN se enfrentó recientemente a las críticas del servicio de comprobación de hechos Community Notes, después de que citara un estudio en el que se afirmaba que los pacientes transgénero y no binarios “no se arrepienten” de haberse sometido a una cirugía superior.
El titular del artículo de la CNN sugería una generalidad, pero Community Notes señaló que el grupo de encuestados era muy reducido, pues consistía en personas que se habían sometido a cirugía entre 1990 y 2020 en una clínica y tenían 18 años o más en el momento de la intervención. El grupo excluía a los jóvenes transexuales de entre 13 y 17 años, un fenómeno reciente que ha duplicado su tamaño entre 2017 y 2022.
El doctor Leor Sapir, miembro del Instituto Manhattan, criticó el estudio por no mencionar que los participantes se habían sometido a cirugía siendo adultos, con una edad media de 27,1 años en el momento de la intervención. La omisión de este detalle relevante planteó dudas sobre la aplicabilidad de los resultados del estudio a las adolescentes, ya que la encuesta se realizó a adultas.
Sapir destacó el nivel de deshonestidad en la información y cuestionó el motivo que subyace a dicha información.
El Dr. Colin Wright, biólogo evolucionista, comentó el grado de dejadez permitido en la información sobre este tema y las posibles consecuencias que puede tener. En su artículo, también hacía referencia a Walt Heyer, un hombre que se sometió a cuidados de reafirmación de género hace 40 años y afirmó que la cirugía casi destruyó su vida.
Heyer argumentó que el transexualismo es un contagio social que puede propagarse entre los niños en edad escolar, e instó a los padres a considerar la posibilidad de retirar a sus hijos de la escuela.
Las críticas vertidas contra la CNN y el estudio que citaba se suman al debate y el escrutinio en curso en torno a las discusiones sobre cuestiones transgénero, en particular en relación con las cirugías y las experiencias de los distintos grupos de edad.
Aún más preocupante es el hecho de que una información tan defectuosa y descuidada puede dar la falsa impresión a los niños y adolescentes confundidos de género de que extirparse partes sanas del cuerpo les ayudará a sentirse mejor consigo mismos, cuando en realidad las cosas son todo lo contrario.