El relato verde tapa el fracaso del Gobierno
Las razones esgrimidas por el oficialismo y parte de la oposición para legalizar el aborto quedaron desmentidas hace tiempo. Claramente el aborto no es una prioridad de Salud. Hay más de 70 causas más importantes de muertes femeninas. Con 19 o menos muertes por aborto inducido en 2018, en Argentina mueren 15 veces más embarazadas que quieren tener a sus hijos, 20 veces más mujeres por desnutrición o HIV y 300 veces más por cáncer de mama. Los casos de embarazadas y niños por nacer que murieron en varias provincias y hasta en la Ciudad de Buenos Aires por falta de atención durante la Pandemia, pusieron en evidencia las falencias reales del sistema de Salud.
En la Argentina la crisis por la Pandemia fue mucho más dura que en otros países. Con una situación social ya de por sí delicada, el aislamiento obligatorio más extenso del mundo tuvo como consecuencia una de las caídas más fuertes del PBI y a la vez, uno de los índices más altos de muertes por millón de habitantes por Covid-19. El Presidente Fernández, que hace meses dijo priorizar la vida sobre la economía, fracasó en los dos niveles y agrega una causa más de conflicto a un año de por sí traumático para todos. El debate por el aborto busca tapar a cualquier costo los errores de un año desastroso.
La irresponsabilidad del gobierno llega a niveles irracionales. Sabe de las marchas multitudinarias. No le importa que aumente el contagio por Coronavirus, que tras diversas manifestaciones masivas volvió a dar signos de alerta. Ginés González García, Ministro de Salud de varias Presidencias, promotor del aborto desde 2007 y uno de los artífices del desastre de la Pandemia, es uno de los principales interesados. Es de algún mudo, un capricho de una élite burguesa y minoritaria que se apoderó de los Ministerios de Salud, de Mujer, Género y Diversidad y que fue redactado por la misma Secretaria Legal y Técnica del Poder Ejecutivo, Vilma Ibarra. Un sector radicalizado, asociado a los intereses de la Industria del Aborto, con fuerte respaldo de Amistía Internacional y de IPPF, con sus organizaciones cómplices y sus negociados.
Para sumar razones, así como ocurrió durante la votación en Diputados, también en el Senado, a la par del aborto, se tratará un proyecto de recorte a los jubilados y otro de quita de fondos a la Ciudad de Buenos Aires, la jurisdicción gobernada por la oposición. Mientras tanto, la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, avanza en su plan de someter a la justicia para garantizar su impunidad.
El aborto legal atacará a los más pobres y vulnerables
Pero lo más preocupante es que el proyecto en cuestión es macabro: Permite el aborto hasta el último mes, en la práctica, por cualquier causa. Muchos legisladores sólo fijan su atención en el límite de las 14 semanas que plantea el proyecto para abortar libremente. Sin embargo, pocos advierten que a renglón seguido, el texto plantea que “más allá de la semana 14” se puede abortar por riesgo de la “salud integral” que, como define la OMS, implica el completo bienestar físico, psíquico y social de la madre. Es decir, la pobreza, entendida como una falta de bienestar social, puede ser considerada como una causal de aborto hasta los últimos meses de embarazo.
Un signo alarmante en un país donde la pobreza alcanza casi a la mitad de la población y a más del 60 por ciento de los niños, niñas y adolescentes. También cada vez son más los testimonios de embarazadas de los sectores más vulnerables que se acercan a un hospital público buscando tener a sus hijos y son presionadas y hasta engañadas para abortar. Esto ya está sucediendo con los Protocolos de Aborto no Punible vigentes en muchas provincias.
El proyecto de Ley deja algo en claro: la prioridad no es que nazcan niños, sino abortarlos. La libertad de conciencia de los profesionales de la Salud quedará limitada y amenazada jurídicamente. Si una madre llega solicitando un aborto -tal vez porque alguien antes le hayan mentido o presionado para que lo haga-, ningún médico podrá recomendar una alternativa mejor. Y toda embarazada que llegue, aunque no lo solicite, deberá ser informada sobre su falso derecho al aborto. Es decir que cualquier dificultad, desde una cuestión de salud hasta problemas de violencia o limitaciones socioeconómicas se resolverán -si se puede usar este término-, descartando a una persona humana mediante el aborto. En definitiva, el proyecto de aborto legal del Presidente Alberto Fernandez se convierte en una política pública de eliminación sistemática de los más vulnerables.
¿Hay esperanza para la Argentina?
Sí la hay. Depende de los ciudadanos. De los millones de ciudadanos que protagonizaron en 2018 la Ola Celeste y que están volviendo a salir a las calles. El 28 de noviembre, antes de la votación del proyecto de legalización del aborto en Diputados, “La Mayoría Celeste”, cerca de 3 millones de personas en más de 500 ciudades se movilizaron en todo el país. Los sondeos, por su parte, muestran un vuelco a favor de las dos vidas a medida que se profundiza el debate y se difunde información certera: El 60% de los Argentinos está en contra de la legalización del aborto, mientras que solo el 26,7% lo avala y otro 12,9% no tiene una postura tomada. Hasta los obispos de la Iglesia Católica en Argentina le anticiparon al Presidente que no habría este año eltradicional saludo de Navidad, un fuerte signo de distanciamiento de una de las instituciones que más ayudó al Gobierno durante la Pandemia.
A pesar de que el proyecto tuvo media sanción de Diputados en el Congreso, tampoco pasó con la holgura que se esperaba. Con los esfuerzos desmedidos del Poder Ejecutivo palanqueando el aborto, alcanzó los 131 votos, sólo 2 votos más que los 129 de 2018, durante la anterior gestión.
Pero uno de los signos más elocuentes es que en más de la mitad de las provincias se registraron más votos en contra que a favor. La diferencia en Diputados fue especialmente a causa de los 50 votos abortistas que se nuclean en la Provincia de Buenos Aires, el distrito más densamente poblado del país. La votación en el Senado se realizará este 29 de diciembre, días después de la Navidad y del Día de los Santos Inocentes. La paridad que muestran las posiciones tomadas por los senadores, deja un final abierto con aquellos aún indecisos; y con la posibilidad de que los senadores opositores abortistas, se abstengan de votar para no darle el triunfo al gobierno. Sea cual sea el resultado, depende del compromiso público de los ciudadanos por la vida de todos. Y suceda lo que suceda, será un punto de inflexión. Que el manto celeste de la Virgen nos proteja. Es tiempo de Adviento. Es tiempo de vida. Es tiempo de Esperanza.