No se celebrará en un centro educativo el día de la madre, ni del padre, ni la Navidad, pero este día… sí y por todo lo alto.
Hoy se celebra el día Internacional contra la violencia de género, contra las violencias machistas, violencia contra las mujeres….
En España, de nuestros impuestos se están pagando sueldos a profesores (mayoritariamente mujeres, porque ya saben, la igualdad sólo vale en una dirección) que dedican dos horas de sus horas semanales a trabajar en los proyectos de coeducación, materia obligatoria en los centros educativos. Estas personas han de asegurarse que se cumple la normativa en materia de género y coeducación. Es decir, comprueban que los profesores utilizan el lenguaje inclusivo; controlan que todos los documentos del centro estén redactados con este lenguaje que amolda las mentes a costa de entorpecer la comunicación entre personas. Si algún profesor redacta cualquier documento sin utilizar las instrucciones del comisario correspondiente, entorpeciendo la fluidez del lenguaje, abusando de reiteraciones (que desaconseja la Real Academia Española) y pisoteando el sentido común, a saber: “el alumno o la alumna; el tutor o la tutora; el profesor o la profesora; el alumnado o el profesorado; los padres o las madres”; se le llamará oportunamente la atención, se le censurará y se le “invitará” a corregir el texto. Esto está pasando hoy, insisto, con el dinero de todos los contribuyentes.
Otro cometido de estos comisarios políticos, digo… personas coordinadoras de la coeducación, es favorecer que tal día como hoy 25 de noviembre, se celebre por todo lo alto “el día internacional contra la violencia de género la violencia machista la violencia contra las mujeres”. No se celebra en el colegio el día de la madre, ni del padre, ni la Navidad, pero este día sí y por todo lo alto.
Todos los profesores y alumnos han de participar de forma casi obligatoria al tratarse de un proyecto del centro. En el colegio en el que yo trabajo, por ejemplo, llevan 15 días favoreciéndose la lectura de ciertos cuentos “coeducativos” con una carga ideológica clara y sesgo de género.
En cada una de las clases han leído previamente dos libros recomendados. Para Educación Infantil “Rosa Caramelo” y para Primaria “Arturo y Clementina”. Cada clase ha tenido que dedicar un tiempo a debatir el tema de “las violencias machistas”, dejando como agresores a la mitad de la población que son los hombres y como víctimas a la otra mitad que son las mujeres. Después de la lectura y del debate se ha realizado un cartel por clase para exponerse en la entrada del colegio.
Para que esta actividad ideológica sea un éxito se ha dedicado tiempo y esfuerzo de profesores y alumnos.
Bien podrían dedicarse las horas semanales de la coordinadora de coeducación a apoyar los aprendizajes de los niños que tienen dificultades. Este año, debido a las circunstancias del Covid, se han limitado los refuerzos educativos en algunas clases. No se hacen desdobles. Se procura que no entren profesores a apoyar que no sean del ciclo o del nivel. No se hacen agrupaciones flexibles. No se agrupan los niños de apoyo de necesidades educativas con PT o AL, ni se pueden tomar otras medidas de atención a la diversidad por la que está cayendo con el coronavirus. Los maestros tienen unos horarios tan cargados, que hay días, que no encuentran ni un momento en la mañana para ir al baño. Yo me pregunto que, si los padres supieran que sus hijos están teniendo estas limitaciones de apoyos y de recursos personales, si les parecería bien que un profesor del colegio dedique dos horas semanales a difundir a controlar y adoctrinar en ideología de género a sus hijos. ¿Me ayudan a resolver la duda? Coméntenlo a los padres y pídanles su opinión.