Justin Heath Smith, un actor homosexual de cine para adultos de 44 años que actuaba bajo el nombre de Austin Wolf, ha sido condenado a 19 años de prisión por cometer crímenes depravados contra niños. Smith, que en su día fue celebrado por medios como la GQ británica como una figura destacada de la industria del entretenimiento para adultos y un pionero de OnlyFans, ha puesto de manifiesto una degeneración moral profundamente perturbadora.
Smith fue declarado culpable de múltiples delitos sexuales relacionados con menores, incluido el intento de violación de un niño de 7 años. En el tribunal, confesó haber abusado sexualmente de un niño de 15 años en 2023 y haber participado en actos sexuales con otro individuo que creía que tenía 15 años, aunque más tarde se reveló que esa persona era un adulto, según el Distrito Sur de Nueva York (SDNY).
“Los crímenes de Justin Heath Smith contra niños son absolutamente reprensibles”, declaró el fiscal federal para el Distrito Sur de Nueva York, Jay Clayton, en un comunicado el lunes. “Se aprovechó de niños vulnerables de tan solo siete años, y todo ciudadano decente exige que depredadores como él sean encerrados durante el mayor tiempo que permita la ley, lejos de nuestras comunidades y de nuestros hijos”.
El New York Post informó de que, justo antes de su detención en abril de 2024, Smith intentó organizar el abuso sexual de un niño de 7 años a través del padre del niño. En otro escalofriante incidente ocurrido en enero de 2024, Smith hizo planes con un adulto para abusar de un niño de 9 años, pero el plan se abandonó cuando el otro adulto se echó atrás mientras Smith esperaba cerca.
Un registro de la residencia de Smith descubrió una horrible colección de 1.291 archivos que contenían pornografía infantil, incluidos 75 archivos que representaban a bebés y niños pequeños, algunos de ellos con violaciones violentas.
La conexión entre la degeneración sexual y la pornografía con el abuso infantil no puede pasar desapercibida. La raíz de estos actos atroces es la degeneración moral subyacente, culturalmente aceptada, y la sociedad debe hacer todo lo que esté en su mano para rehuir tal comportamiento.
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