Un nuevo informe ha arrojado una luz feroz sobre prácticas preocupantes. Revela cómo la Campaña de Derechos Humanos -el mayor grupo de presión LGBT– aprovecha su influencia para coaccionar a los hospitales para que practiquen la mutilación genital infantil.
En concreto, el informe muestra cómo la HRC utiliza una métrica de puntuación para presionar a las menores para que se sometan a procedimientos químicos y quirúrgicos. Estas inquietantes revelaciones ponen al descubierto una clara traición a los niños vulnerables.
El informe estadounidense, elaborado por Do No Harm, se titula Cómo el Índice de Igualdad Sanitaria de la Campaña de Derechos Humanos infecta de ideología de género a los hospitales pediátricos.
En él se explica cómo se califica a los hospitales en función de su apoyo a políticas como la amputación genital masculina y la extirpación de mamas en niños. Y lo que es más importante, los hospitales pierden puntos si se resisten a tales procedimientos, incluso por motivos religiosos o éticos.
Además, la participación ha aumentado. En 2008, sólo 88 instalaciones tomaron parte en el Índice. En 2024, esa cifra se disparó a más de 1.000. Eso significa que cada vez más hospitales se doblegan ante la presión.
Persiguen premios como “Líder en equidad sanitaria LGBTQ+” o “Alto rendimiento” para lustrar su imagen pública. Mientras tanto, muchos niños pagan el precio.
Además, el informe señala cómo la defensa se extiende más allá de los hospitales. HRC despliega tácticas de presión similares en escuelas y empresas a través de sus Índices de Igualdad Estatal y Corporativa.
Estos esfuerzos obligan a las empresas a adoptar una atención sanitaria que incluya a los transexuales y a oponerse a las leyes de protección de la infancia. Es una campaña arrolladora para remodelar casi todas las instituciones de Estados Unidos.
El autor del informe, el Dr. Kurt Miceli, pide cuentas a los hospitales. Les insta a rechazar el esquema político del HRC y a reclamar su deber de atender a los pacientes, especialmente a los niños.
Advierte de que no resistirse a la ideología trans en medicina equivale a complicidad en el daño a los más vulnerables.
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