Last updated on enero 8th, 2022 at 04:41 pm
El hombre y la mujer, aunque tienen el mismo valor y poseen la misma dignidad por haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, no son idénticos. A modo de ejemplo, los hombres tienden a ser más grandes, más fuertes y más rápidos que las mujeres. Entre otras cosas, los hombres tienen mayor densidad ósea, más masa muscular y manos y pies más grandes. Como resultado de estas diferencias físicas, que tienen consecuencias en el mundo real, las competiciones deportivas han segregado desde tiempos inmemoriales a hombres y mujeres; o lo que es lo mismo, los varones biológicos han competido sólo contra varones biológicos, y las mujeres biológicas han competido sólo contra mujeres biológicas. Lo contrario daría a los hombres una ventaja injusta debido a sus diferencias físicas. Todavía otro ejemplo: el récord mundial masculino en la prueba de natación de 100 metros libres está en casi 6 segundos menos que el récord mundial femenino (46,91 segundos frente a 51,71 segundos, o lo que es lo mismo, por encima del 10% más rápido). Asimismo, el récord mundial masculino de salto con pértiga supera en más de un metro al femenino (6,18 metros frente a 5,06 metros o un 22% más alto). Y en cuanto al fútbol, el equipo masculino sub-15 de la academia del FC Dallas (equipo de la Major League Soccer de Estados Unidos) derrotó con diferencia a la Selección Nacional Femenina de Fútbol de Estados Unidos por 5-2. De hecho, un estudio ha descubierto que la ventaja media de los hombres sobre las mujeres oscila entre el 10% y más del 50% en varios deportes.
Como consecuencia, es algo preocupante que se permita a los varones biológicos que se identifican como mujeres enfrentarse con las mujeres biológicas en las competiciones deportivas. Que esto es absurdo pudo verse recientemente en las actuaciones del equipo de natación de la Universidad de Pensilvania. Will Thomas, un hombre biológico que había competido durante tres años en el equipo de natación masculino de la Universidad, no pudo batir ningún récord ni conseguir una atención significativa compitiendo contra hombres . Sin embargo, Will se identificó entonces como mujer y se unió al equipo de natación femenino. A Will se le permitió hacer esto bajo las reglas de la NCAA que dicen:
“Una mujer trans (MTF) -hombre biológico-, l estudiante-atleta que esté siendo tratado con medicación de supresión de testosterona por Trastorno de Identidad de Género o disforia de género y/o Transexualismo, a efectos de la competición de la NCAA podrá seguir compitiendo en un equipo masculino pero no podrá competir en un equipo femenino sin cambiar a un estatus de equipo mixto, hasta completar un año natural de tratamiento de supresión de testosterona.”
Así que Will (ahora Lia), para cumplir con las normas de la NCAA, se apartó un año de la competición (fue fácil bajo las restricciones de Covid) y se sometió a un tratamiento de supresión de testosterona. Luego, como miembro del equipo femenino, empezó a destrozar récords. En un encuentro de natación celebrado el 20 de noviembre de 2021, batió los récords de natación femeninos de la Universidad de Pensilvania y de la Ivy-League en las pruebas de 200 metros libres y 500 metros libres. Sus tiempos fueron tan buenos que habría quedado segundo y tercero en los Campeonatos Femeninos de la NCAA.
Pero, ¿es esto justo? Aunque Thomas tomó bloqueadores de testosterona durante un año, ya había recibido los beneficios de la testosterona (huesos más fuertes, más masa muscular, etc.) en su transición tras la pubertad. Además, un estudio ha descubierto que tomar bloqueadores de testosterona durante un año, de ninguna manera iguala las condiciones de las mujeres biológicas.
Así que la política de la NCAA que permite a los hombres biológicos competir contra las mujeres biológicas es claramente injusta. Un entrenador resumió la situación de Thomas a través de Twitter: “¡Claro que se están pulverizando los récords femeninos! Lia compitió como hombre durante sus tres primeros años en la NCAA. Esto no está bien. ¡Tenemos que volver al #SexBasedSports! #SexNotGender para preservar la equidad para las atletas”.
Otro comentarista escribió: “Mis dos hijas compiten en natación. Practican 3-4 veces a la semana casi todo el año. Mis hijas y muchas otras se dejan la piel durante años e incluso décadas. Este tipo de mierda me cabrea a más no poder. Esto no es progreso”.
En ese hilo de Twitter también se podía leer: “No son los récords femeninos los que se pulverizan, son los deportes femeninos”, y “Ya no hay deportes femeninos. Son de hombres y mixtos”.
Por supuesto que los ideólogos de izquierdas que quieren devaluar las perspectivas y los logros de las mujeres biológicas no ven nada malo en ello. De hecho, no tienen ningún problema en borrar los logros de las mujeres en los últimos 50 años para rendir homenaje a la agenda radical LGBT.
Es hora de que las mujeres biológicas -y los hombres biológicos- luchen contra esta locura y devuelvan la equidad a nuestros deportes.
Traducido por Jordi Picazo
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