Last updated on octubre 19th, 2021 at 05:28 am
Pues no voy a decir que las cosas no estén complicadas. No es la primera vez que hablo de los ataques sistemáticos y organizados a la familia, el ataque directo y agresivo a los que defendemos la vida, la creación de neo-derechos etc.
Y tampoco voy a negar que a veces me ahogo y siento miedo. Pero el miedo no es malo, no es de cobardes sentirlo, se siente y se domina avanzando. Ante un ataque, paso al frente, ante un miedo, firmeza.
Pero lo más importante es construir. El mal avanza,si, pero creo que no podemos dedicar todas nuestras fuerzas a combatirlo porque acabaremos agotados y correremos el riesgo de perder la esperanza y la ilusión. Yo propongo construir, informar, difundir, crear, formar a nuestros jóvenes.
Todos podemos hacerlo. Todos podemos compartir e informar, podemos ser activos en redes sociales, podemos escribir artículos, podemos iniciar conversaciones, podemos crear opinión y apoyar a los que son más activos o tienen mayores y mejores medios y alcance.
Hay mucha gente que sólo ve el mal y cada vez se hunden más. Por eso tú y yo podemos y debemos hacer más. Hay muchas ventanas y muchas maneras.
A lo mejor no tienes redes sociales porque te parece un submundo artificial, y puede que lo sea, pero los jóvenes se asoman al mundo por ahí. Y necesitamos que vean la verdad, el bien. Es necesario que vean familias unidas, que les recomendemos buenos libros, que oigan hablar de oración y de sencillez. Las redes sociales serán para ti lo que tú seas para las redes sociales. No lo descartes. y si ya están en ello, utilízalo para el bien. El potencial es enorme y las posibilidades infinitas. Pero eso sí, si lo vas a usar para tu propio ego, para atacar, criticar o difamar, si no te sirven como herramienta para el bien, déjalas: “si tu ojo derecho te hace pecar, arráncatelo”. Revisa periódicamente tu uso de las redes sociales, piensa antes de publicar si sirve o si es bueno, y mide el tiempo que le dedicas.
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