La Asociación Médica Estadounidense (AMA), destacada organización médica conocida por sus posturas liberales, ha votado recientemente en contra de una resolución que se opone a poner fin deliberadamente a la vida de los bebés que sobreviven a un aborto.
La resolución fue propuesta por el Dr. Thomas Eppes, un médico de Virginia que se autodenomina proabortista, durante una reunión de la AMA en Chicago.
El Dr. Eppes hizo un llamamiento a la AMA para que defienda el “más alto nivel de atención neonatal” para un feto abortado que nace vivo a una edad gestacional viable, normalmente en torno a las 22 semanas. Su propuesta hacía recaer en el médico la responsabilidad de los cuidados una vez que el feto es viable.
A pesar de que el Dr. Eppes fue la única voz que apoyó la resolución, la propuesta fue rechazada por una abrumadora mayoría de 476 votos en contra y 106 a favor.
Eppes se preguntó si los derechos y cuidados de un feto viable cambian en función de si el feto está en una incubadora artificial o en el útero de una mujer. Sin embargo, la oposición a la resolución estuvo encabezada por el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), organismo proabortista.
Un informe de 2019 de la Fundación Heritage argumentó la necesidad de protecciones federales para los bebés nacidos vivos durante abortos, citando ejemplos específicos de bebés que fueron desatendidos por profesionales médicos.
Las conclusiones del informe subrayan el carácter controvertido de la cuestión en el ámbito médico.
En los últimos años, tanto las principales organizaciones médicas como el Partido Demócrata han sido criticados por su aparente apoyo al infanticidio.
Esto se pone de manifiesto en la tendencia de los gobernadores a firmar leyes que legalizan el aborto durante todo el embarazo por cualquier motivo, al tiempo que vetan la legislación contra el infanticidio. La reciente decisión de la AMA de rechazar la resolución del Dr. Eppes puede servir para avivar estas críticas.