Prohibición canadiense de la terapia de conversión: “efecto escalofriante” en los campamentos

La prohibición canadiense de la terapia de conversión ha creado un clima de miedo y ansiedad en torno a las discusiones sobre la disforia de género, la atracción por personas del mismo sexo y la masculinidad auténtica

Летњи камп на Кејтоновом острву.

La prohibición canadiense de la “terapia de conversión” ha causado preocupación entre las personas que creen en la libertad de tratar la disforia de género o la atracción no deseada hacia el mismo sexo mediante terapia.

La legislación introducida por el gobierno de Trudeau pretende no sólo perseguir a quienes prestan ayuda en estos ámbitos, sino también tener un efecto amedrentador que disuada a la gente de abordar estas cuestiones por miedo a las consecuencias legales.

El último incidente en un campamento de verano dirigido por una iglesia muestra cómo esta prohibición está influyendo en el debate sobre la auténtica masculinidad y las implicaciones sociales, tal y como informa “LifeSiteNews”.

El caso del Campamento de la Iglesia de la Isla de Caton

A finales de mayo, la CBC informó de un incidente en Caton’s Island, un campamento de verano gestionado por la Iglesia en Nuevo Brunswick. El campamento había anunciado su programa como uno que guía a los chicos adolescentes hacia una “masculinidad auténtica: de la confusión a la claridad”.

Esta descripción suscitó la preocupación de Vivian Myers-Jones, una “mujer transexual”, que la consideró una alusión a la terapia de conversión y denunció inmediatamente el campamento a la policía.

El lenguaje utilizado en los materiales promocionales del campamento, como “confusión cultural sobre la masculinidad” y “masculinidad auténtica”, fue considerado ofensivo por Myers-Jones y una alusión a una época anticuada. Este incidente arroja luz sobre la opinión de algunos de que las discusiones sobre la masculinidad y el desarrollo de las virtudes son perjudiciales per se.

Reacción de los activistas LGBT

El artículo de la CBC también recabó la opinión de activistas LGBT que compartían las preocupaciones de Myers-Jones. Amber Chisholm, que representa a Imprint Youth, una organización juvenil de Fredericton, expresó su preocupación por el lenguaje utilizado y afirmó que podrían restringirse ciertos roles y expresiones de género.

Nick Schiavo, director ejecutivo de No Conversion Canada, también expresó su preocupación por la inclusión de jóvenes en situación de riesgo y dijo que su organización vigilaría la situación.

El “efecto escalofriante” de la prohibición canadiense de la terapia de conversión

Este incidente es un ejemplo del “efecto amedrentador” de la prohibición canadiense de las terapias de conversión, en el que la denuncia de una persona transexual dio lugar a la intervención de la policía y a la cobertura de los medios de comunicación, así como a entrevistas de activistas LGBT que expresaban su preocupación por los campamentos religiosos para chicos.

Destaca cómo las discusiones sobre la masculinidad auténtica y la exploración de las virtudes pueden percibirse como peligrosas, suprimiendo el diálogo abierto y la autoexpresión. En esencia, todo se reduce al hecho de que un hombre biológico que piensa que es una mujer se desencadenó porque el campamento de verano para niños enfatizó la “auténtica masculinidad” con la que obviamente ha luchado en su vida, aunque nadie estaba obligando a esa persona en particular a asistir al campamento o tener algo que ver con eso.

Pero el mero pensamiento de que alguien en algún lugar está haciendo algo que está provocando a otra persona es suficiente para cancelarlo todo, porque no herir los sentimientos de alguien es más importante.

La prohibición canadiense de la terapia de conversión ha creado un clima de miedo y ansiedad en torno a las discusiones sobre la disforia de género, la atracción por personas del mismo sexo y la masculinidad auténtica. Incidentes como el relacionado con el campamento de la iglesia en la isla de Caton muestran las consecuencias que puede tener la prohibición.

Incluso los programas bienintencionados que se centran en la formación del carácter y los valores bíblicos pueden ser objeto de escrutinio y considerarse perjudiciales. Mientras Canadá navega por las complejidades de proteger a las personas al tiempo que defiende la libertad de expresión y el derecho a la expresión religiosa, es importante crear un entorno que permita el diálogo abierto y la comprensión de las diferentes perspectivas.

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