En el caso de que el Plan B de una mujer que compra en Walgreens no funcione, ahora tiene otra opción. Walgreens y CVS han anunciado su intención de distribuir y vender la píldora abortiva mifepristona, después de que la FDA retirara a principios de enero una norma que prohibía a las farmacias hacerlo.(Antes, la única forma de obtener mifepristona era en persona, en la consulta de un proveedor, hospital u otro centro médico).
Las implicaciones de este cambio son profundas.
En primer lugar, y ahora que el USPS puede entregar legalmente píldoras abortivas en cualquier estado, independientemente de la postura de ese estado sobre el aborto, se está preparando el terreno para que los estados favorables al aborto lo impongan en los estados provida.
En segundo lugar, los nuevos cambios en la política ponen en peligro la protección de la conciencia, especialmente para los trabajadores de farmacia. Mientras que muchos estados cuentan con cláusulas de conciencia que protegen al personal sanitario o los hospitales, sólo unos pocos tienen leyes similares para los farmacéuticos.
Y, por último, la ampliación del acceso pondrá en peligro a más mujeres. Aunque la mifepristona se presenta a menudo como totalmente segura, lo cierto es que no lo sabemos realmente, porque en EE.UU. la notificación de datos sobre el aborto es enormemente deficiente y poco fiable. Los datos de que disponemos sugieren que las visitas a urgencias tras el uso de mifepristona son más de un 50% más probables que tras un aborto quirúrgico, y que dichas visitas están aumentando (probablemente porque el acceso a la mifepristona ha seguido aumentando).
Los datos internacionales de países en los que se hace un mejor seguimiento de los abortos también sugieren que el fármaco no es tan seguro como afirma la FDA. Un estudio realizado en Finlandia reveló que una quinta parte de las personas que tomaban mifepristona sufrían complicaciones. Otro estudio realizado en Suecia descubrió que quienes tomaban el fármaco en casa tenían un riesgo mucho mayor de sufrir complicaciones que quienes lo tomaban en un hospital. Las razones son muchas. La mifepristona sólo se recomienda hasta la décima semana después de la ausencia del periodo menstrual, pero las mujeres irregulares o que no controlan bien sus ciclos a menudo se saltan ese plazo y toman el fármaco más tarde de lo previsto. Del mismo modo, el fármaco puede ser peligroso para los embarazos ectópicos.
En resumen, son malas noticias para las mujeres, los bebés, el movimiento provida, los farmacéuticos y todos nosotros. Desde la anulación de la ley Roe, los organismos se afanan por encontrar la manera de eludir la legislación provida. Debemos estar atentos para mantener la lucha.
(Imagen de Robin Marty, en https://www.flickr.com/photos/92599314@N00/32321208458, disponible a través de una licencia Creative Commons 2.0).