El conocido comentarista cristiano Vebjørn Selbekk, redactor jefe del diario cristiano Dagen, ha expresado su profunda preocupación por el auge del transexualismo y la aparente facilidad con que los jóvenes pueden cambiar de género en Noruega.
Cree que la sociedad acabará lamentando las decisiones que se tomen en torno a la atención a las cuestiones de género.
Selbekk, figura destacada en los círculos cristianos noruegos, ha señalado el florecimiento de historias de arrepentimiento entre quienes se han sometido a cambios de sexo.
Le alarma especialmente la temprana edad a la que las personas pueden optar por la cirugía de género en Noruega: a partir de los 18 años, mientras que la esterilización requiere una edad mínima de 25 años.
Selbekk continúa argumentando que las escuelas desempeñan un papel decisivo en la promoción de la idea de la fluidez de género. Cree que el sistema educativo del país se ha visto desbordado por la política de identidad y la teoría radical de género.
Estas ideas cuestionan la concepción científica tradicional del género como atributo innato, sugiriendo que es algo que se elige. Considera que esta capitulación ante la presión del movimiento trans, cada vez más agresivo, es un factor importante en el aumento de las tasas de tratamiento de género entre los jóvenes noruegos.
Mientras tanto, aunque su vecina Suecia toma medidas para controlar los tratamientos de género, como aumentar el límite de edad para los bloqueadores de la pubertad, Noruega sigue su trayectoria actual.
Sin embargo, Selbekk señala que están surgiendo discrepancias dentro de la comunidad de atención a las cuestiones de género. Informa de la creciente preocupación entre los profesionales noruegos por el número de pacientes que expresan su pesar por las intervenciones quirúrgicas y la terapia hormonal.
La reciente revocación por parte de la Autoridad Sanitaria noruega de la autorización a la activista trans y médico especialista en disforia de género más destacada del país, Esben Esther Pirelli Benestad, pone de manifiesto la creciente preocupación.
A principios de año, una comisión gubernamental noruega criticó el tratamiento ofrecido a las personas con incongruencia de género. El informe indicaba un riesgo de tratamiento excesivo, insuficiente e incorrecto derivado de la falta de una base sólida de conocimientos.
También se observó que la terapia hormonal, que debería ser administrada exclusivamente por el Hospital Universitario de Oslo, estaba siendo suministrada por médicos de cabecera y otros centros sanitarios. Esta revelación fue confirmada por Bjørn Guldvog, director de la Dirección de Sanidad.
A la luz de estas preocupaciones, Guldvog sugirió que podría ser necesario revisar las directrices actuales. Propuso una ampliación de los servicios sanitarios para hombres y mujeres en Noruega como posible solución a estos problemas.
Esto, en su opinión, garantizaría que los necesitados reciban una asistencia adecuada e individualizada. Sin embargo, Guldvog también subrayó que la supervisión y regulación en este ámbito eran responsabilidad de la Autoridad Sanitaria noruega, no de su dirección.
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