Golpeando en el corazón de la familia natural, las Naciones Unidas están instando a la eliminación de las mismas palabras que describen los papeles maritales en los que se basa la sociedad: “marido” y “mujer”. Bajo el pretexto de “crear un mundo más igualitario utilizando un lenguaje neutro en cuanto al género”, la ONU declaró en un reciente tweet, de una agencia cuyo nombre es todo menos neutro en cuanto al género: “ONU Mujeres” – que varios términos tradicionales deben ser reemplazados, como: “apellido de soltera” por “apellido de familia”; “novio” y “novia” por “pareja”; y, lo más inquietante, “marido” y “mujer” por “cónyuge”.
Que la ONU utilice su prestigio en el escenario mundial para intentar suprimir el lenguaje que describe los papeles clave en la familia natural es una manifestación elocuente de lo que Gabriele Kuby – aclamada socióloga y oradora en nuestro Congreso Mundial de Familias – llama la “deconstrucción de la identidad sexual masculina y femenina” y la resultante “destrucción de la libertad en nombre de la libertad” en lo que se ha convertido en una “revolución sexual global [que] afecta a todos – hombres y mujeres, jóvenes y viejos, nuestra existencia personal y el futuro de la sociedad…. El bien se llama el mal, y el mal se llama el bien”.
A medida que la revolución hace erupción en todas partes del mundo, explica Kuby, “aumenta su velocidad y la ferocidad de su ataque a las libertades democráticas de un día para otro… Hay personas influyentes y ONG que impulsan su aplicación a nivel mundial”, y su final es claro: “el matrimonio y la familia se disolverán”, para ser sustituidos por “relaciones arbitrarias entre dos o más personas” apoyadas por el subsidio del gobierno. Si todo esto suena demasiado extraño para ser verdad, sólo hay que recordar lo que el medio de propaganda de Soros OpenDemocracy publicó el 24 de marzo: “Nos merecemos algo mejor que la familia. Y el tiempo de la corona es un excelente momento para practicar su abolición.” El título del artículo subversivo iba al grano: “La crisis del coronavirus muestra que es hora de abolir la familia”.
Contrastando audazmente esta revolución destructiva, la OIF une y equipa a los líderes del mundo mientras nos mantenemos unidos en defensa de lo que declaramos ser “la familia, una comunidad universal basada en la unión matrimonial de un hombre y una mujer”, que, como “el último cimiento de toda civilización conocida por la historia”, sigue siendo “el cimiento de la sociedad, la fuerza de nuestras naciones y la esperanza de la humanidad”. Esta verdad atemporal fue enfatizada por Confucio, aclamado por el historiador Will Durant como el más grande pensador de la historia, quien insistió en que el mundo no puede ser puesto en orden sin primero poner en orden la familia.
Y cuando se le preguntó qué haría si fuera gobernador, Confucio supuestamente declaró que primero “rectificaría los nombres” para que las palabras se correspondieran con la realidad o, como se cita más comúnmente, “El principio de la sabiduría es llamar a las cosas por su nombre propio”. La OIF celebra y proclama audazmente los papeles y títulos irremplazables de marido y mujer, unidos en su igualdad y únicos en su complementariedad mientras cumplen sus papeles divinamente ordenados en beneficio de sus hijos y de la sociedad.
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