Habían decidido retirar el personaje gay pero el lobby montó en cólera y decidieron recuperarlo…
Netflix tiene ahora mismo en su plataforma de series infantiles Jurassic World (o Campamento Cretácico en español) En la serie se narra las peripecias de un grupo de adolescentes abandonados en la isla Nublar, evacuada tras los eventos de Jurassic World 2015.
En el capítulo 8º una de las adolescentes, Yazz, le dice a otra de las adolescentes, Sammy, que siente atracción por ella y se besan. Podría haber sido una confusión, pero a partir de entonces toda la serie consiste en validar el beso lésbico. Ellas se llaman a sí mismas “novias”. Sus amigos las felicitan, sus familias se muestran encantados por verlas felices…
¡En una serie dirigida a niños de 7 años!
Como es lógico, el asunto ha despertado una oleada de indignación. Porque los padres quieren poner una serie infantil y estar tranquilos pensando que la serie es realmente infantil y que nadie va a tratar de adoctrinar en la agenda LGTB a sus hijos.
Lo curioso es que hace cuatro años, la compañia decidió retirar el personaje gay de la serie infantil. Se inventaron la excusa de que alargaba innecesariamente la serie, pero la realidad es que decidieron no incomodar innecesariamente a los padres.
El lobby LGTB entendió perfectamente la operación y montó una campaña de crítica censurando que Netflix “había metido en el armario” al personaje gay de Jurassic World. La campaña insistía en que sólo en el 12,8% de las grandes producciones hay un personaje gay. ¿No habíamos quedado en que según el lobby el 10% de la población es homosexual? Un 12,8% ya sería una presencia sobreponderada…
El caso es que la campaña del lobby LGTB ha tenido efecto y finalmente Netflix “ha sacado del armario” a su personaje gay.
Lo hace a pesar de que la compañía ha perdido dos tercios de su valor en bolsa en los últimos 10 meses. Se sitúa ya en niveles de prepandemia, es decir, como si toda la explosión de consumo audiovisual online no se hubiera producido. Es verdad que hay dudas sobre el modelo de negocio. Pero también es verdad que dar patadas de manera sistemática a tus clientes no es la mejor manera de cuidar tu cuenta de resultados. En realidad es un verdadero “suicidio empresarial”.
Así que la decisión es clara: o Netflix apuesta por la agenda LGTBQ o apuesta por las familias y por respetar la inocencia de los niños. Lo que muchos padres están diciendo ya al CEO de Netflix, Reed Hastings, es que no pueden asumir el riesgo de que sus hijos consuman adoctrinamiento LGTB durante una serie infantil.
Si tú también quieres enviar este mensaje al CEO de Netflix, puedes hacerlo pinchando aquí