Mujer de 75 años arrestada de nuevo frente a una clínica abortista en Escocia

ADF Internacional

En Glasgow, Escocia, la policía arrestó a Rose Docherty, una abuela de 75 años y activista provida, después de que se situara frente a un hospital sosteniendo un cartel que decía: “La coacción es un delito, aquí para hablar, solo si usted quiere”. Su gesto, destinado a ofrecer hablar con mujeres que pudieran estar considerando el aborto, supuestamente violó la legislación de “zona de acceso seguro” de Escocia.

La Ley de Zonas de Acceso Seguro, que entró en vigor en septiembre de 2024, prohíbe comportamientos dentro de los 200 metros de las clínicas abortistas que intenten influir o disuadir a las pacientes. Prohíbe acercarse a personas para persuadirlas de que no accedan a los servicios de aborto, distribuir folletos, predicar contenido religioso o incluso celebrar vigilias silenciosas cerca de las entradas de la clínica. Según la ley, los infractores pueden enfrentarse a multas de hasta 10.000 libras esterlinas (y, en casos graves, multas ilimitadas) si “impiden el acceso o causan alarma, acoso o angustia”.

Docherty se ha enfrentado a arrestos similares en el pasado. En febrero de este año, fue detenida frente a otra clínica abortista por sostener el mismo cartel, un cartel que, según ella, no contraviene la ley, ya que solo ofrece una conversación y no fuerza la interacción. Tras ese arresto anterior, los fiscales retiraron los cargos.

Al comentar sobre el reciente arresto, Docherty dijo que había actuado pacíficamente y con compasión, invitando a una conversación voluntaria en lugar de coacción. “Sostuve mi cartel con amor y compasión… invitando a cualquiera que quiera charlar, a que lo haga”, dijo, y añadió que “no debería ser tratada como una criminal por invitar a la gente a charlar”. También señaló que, a pesar de decirle a la policía que se había sometido a un doble reemplazo de cadera, estuvo retenida durante varias horas sin siquiera una silla.

El arresto atrajo la atención internacional. El Departamento de Estado de EE. UU. condenó públicamente la medida, calificándola de “un ejemplo atroz de la supresión tiránica de la libertad de expresión” y advirtiendo que cuando se arresta a mujeres ancianas por ofrecer diálogo pacíficamente, “el sentido común y la civilidad básica están bajo ataque”.

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