Todos sabemos que la Corporación Disney ha sido tomada por la mafia radical LGBT. Entre otras cosas, Disney promociona abiertamente su “agenda gay no tan secreta” y su política de aumentar activamente el número de personajes LGBT en sus producciones. Prohíbe a sus empleados utilizar las frases “damas y caballeros” y “niños y niñas” para no ofender a las personas que no se identifican con ninguno de los dos sexos, orgullosamente patrocina una línea de artículos “Orgullo” dirigida a los niños pequeños, y se opone públicamente a una nueva ley de Florida que prohíbe a las escuelas públicas adoctrinar a los alumnos en la agenda radical LGBT.
Significativamente, Disney ha pagado un gran precio por ir a toda máquina. Después de que Disney se opusiera a la mencionada ley de Florida, el gobernador Ron DeSantis y la Legislatura de Florida despojaron a Disney de su estatus de distrito fiscal especial en el área de Orlando (que había ahorrado a la compañía millones de dólares cada año) y el senador estadounidense Josh Hawley (republicano) presentó un proyecto de ley que pondría fin a la protección de los derechos de autor de muchos personajes de Disney. Además, numerosas peticiones en todo el mundo que se oponen al apoyo de Disney a la agenda radical LGBT, entre ellas la de IfamNews, la de Citizen Go, con sede en Europa, y la de Christopher Rufo (que ha sacado a la luz gran parte de los esfuerzos de Disney en materia de preparación), han conseguido cientos de miles de firmas. Y, lo que es más significativo, desde que se puso del lado de la agenda radical LGBT en las guerras culturales, el valor de las acciones de Disney ha disminuido en casi 50.000 millones de dólares y su clasificación de reputación pública entre las 100 empresas más visibles de Estados Unidos ha bajado del puesto 37 al 65.
Con todos estos éxitos, uno se imaginaría que Disney habría aprendido la lección y se abstendría de tomar partido en las guerras culturales, ¿verdad? Pues no. En la nueva película de Disney Pixa Lightyear, una película de animación dirigida a los niños que se estrena el 17 de junio, Disney ha convertido a uno de los personajes principales (Alicia Hawthorne) en homosexual y ha insertado una escena en la que besa a su pareja del mismo sexo. Como resultado de la promoción de la agenda LGBT por parte de “Lightyear”, catorce países que apoyan la moral tradicional ya han prohibido la película y es posible que más países la sigan.
Sin embargo, Disney se ha mantenido desafiante. Según informa Reuters, la productora de “Lightyear”, Gayle Susman, declaró:
“No vamos a cortar nada, especialmente algo tan importante como la relación amorosa e inspiradora que muestra a Buzz (Lightyear) lo que se está perdiendo por las decisiones que está tomando, así que eso no se va a cortar”.
Asimismo, Chris Evans, que pone la voz al personaje principal, declaró:
“Es estupendo que formemos parte de algo que está dando pasos adelante en la capacidad de inclusión social, pero es frustrante que todavía haya lugares que no están donde deberían estar”.
Así que ahí lo tienes. A pesar de perder miles de millones de dólares y de que su reputación se ha visto muy afectada por su apoyo manifiesto a la agenda LGBT, Disney sigue desafiando y continúa con sus esfuerzos por educar a nuestros hijos. Parece que sólo la quiebra podría hacer que Disney abandonara su apoyo a la agenda LGBT y volviera a los valores familiares de su fundador. Esperemos que aprenda la lección antes.
Imagen: Disney