España es el único país, por lo menos en Europa, que tiene una Ley nacional de protección a las familias numerosas. Esa es la Ley 40/2003.
Esa ley considera que dentro de las realidades familiares existen las familias que tienen numerosos hijos, por lo menos más de lo que es necesario para lograr la tasa de reposición, que se 2,1 hijos por mujer.
Como no se pueden tener 2,1 hijos, pues seremos familia numerosa desde 3 hijos en adelante.
Es decir, que la familia numerosa no solo garantiza ese reemplazo, no solo es garante de un futuro para todos, sino que con 3 hijos o más ayuda a “rellenar” el hueco de los que no tienen, por los motivos que sean.
Así hay libertad para todos, los que quieren formar una familia sin hijos, los que quieren formar una familia con 1 hijo o 2, los que quieren formar una familia con 3 hijos o más o los que quieren vivir en soledad.
En la ley 40/2003 hablan de que las familias numerosas “presentan una problemática particular por el coste que representa para ellas el cuidado y educación de los hijos o el acceso a una vivienda adecuada a sus necesidades. Estas circunstancias pueden implicar una diferencia sustancial con el nivel de vida de otras familias con menos hijos o sin ellos”.
Esto es por la penalización que supone pagar más por ser más, por gastar más. Parece que el gasto que tenemos es un lujo o capricho y que por gastar más vamos a perjudicar al resto.
Ese perjuicio que se supone que hace que los demás tengan menos, hace que se penalice.
Esa penalización por gastar más es lo que pedimos que se evite. Que se considere que gasto más agua porque somos más y hay más duchas y que no se penalice como si dejara el grifo abierto o tuviera que rellenar la piscina climatizada, como algunos políticos van diciendo.
Si existiera una verdadera Política Familiar, no solo la ley de protección a las familias numerosas, sino una red legislativa que ampare y proteja a la familia y de forma particular a la familia numerosa, si existiera una perspectiva de familia, donde cada orden, norma y ley se mire bajo el prisma de como afectará a las familias y si son familia numerosa como influye cuando hay más hijos. Esto sería otra cosa.
Por ejemplo, durante la pandemia se han dictado normas para poder salir a la calle, ir en coche, estar en un restaurante, reunirse en una casa, … sin contar con que hay familias con 3 hijos o más y esas normas exigen que no pueden hacer nada en familia.
Si existiera una verdadera política familiar, no habría penalizaciones sino compensación por todo lo que aporta la familia numerosa.
Esta es su esencia, ser más.
Pues bien, esta esencia o particularidad la quieren destruir, anular, negar.
El ser más que garantiza un futuro y rellena el hueco de los que no tienen hijos, se quiere convertir en un plus de pobreza, de exclusión social, de vulnerabilidad económica. Cuando el plus es de riqueza, de tesoro.
Quieren convertir a las familias numerosas o en pobres que necesitan ayuda o en ricos que hay que cargar a impuestos.
¿Y como lo consiguen? Pues determinando la condición de familia numerosa por la renta y no por el número de hijos. Estableciendo un límite de renta, que será bajo, para dividir a un grupo social que estaba unido por el número de hijos.
¿Y cuál es la jugada? Modificando esta ley de protección a las familias numerosas.
Como las leyes que protegen a la familia numerosa son de la época de Franco y la última actualización es la Ley 40/2003 del gobierno de Aznar, éstas son de derechas, son fascistas, son malas.
¿Cuál es la maldad? Que la esencia de estas familias es el número de hijos, un número que es un capricho o un lujo, porque cada hijo cuesta una pasta y si lo tienes es porque lo puedes pagar. Así que se modifica esta esencia y se establece la renta como etiqueta o marca.
¿Y quien lo hace? Pues el gobierno social comunista que tenemos en la actualidad. Desde el ministerio de Derechos Sociales, que lo preside un ministro con 3 hijos rico y caprichoso, se solicita apoyo a la Dirección General de Apoyo a las Reformas Estructurales de la Unión Europea para actualizar, revisar e incluir mejoras en la Ley 40/2003.
Se externaliza el proyecto a un organismo de fuera de España, la OCDE. Y se trabaja el proyecto durante unos meses. Luego se lleva al Congreso, sin debates, ni enmiendas, ni votaciones. El regalo ya comprado y empaquetado en papel bonito, sin gastos ni problemas técnicos o jurídicos, porque la UE ha dotado el proyecto con financiación y con apoyo técnico y jurídico.
Y el título de la ley se modifica por el de Ley de Diversidad Familiar, considerando la renta como condición. Los que la superen, como el ministro, es que tienen suficiente como para pagar la penalización por gastar más, ya que son más.
En una cosa tienen razón, que las familias numerosas somos ricas, pero no en dinero como quieren hacer creer, sino en hijos y en valores positivos, que enriquecen la sociedad.
Las leyes que protegen a las familias numerosas son una herencia recibida gratuitamente por el esfuerzo y trabajo de otros. Y esa herencia no la vamos ni a malgastar ni a dejar perder.
Si el gobierno a través de su ministerio de derechos sociales ha dibujado una rocambolesca estrategia para esquivar el debate en las instituciones españolas, sin difusión ni información, nosotros vamos a defender a las familias numerosas y su esencia, el número de hijos, con astucia e inteligencia y con valor, coraje y arrojo, sabiendo que contamos con el sentido común, la justicia y la verdad.
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