Muchos políticos y sociólogos hablan de la evolución de la familia y en especial hoy en día de los diferentes “tipos” de familia. Efectivamente la institución familiar tal como la conocemos ha sufrido cambios según el lugar y la época a lo largo de la historia. Muchos de nosotros defendemos el concepto de familia tradicional o natural, reconociendo algo invariable y sustancial, que siendo inherente a la naturaleza humana resulta más eficiente en su propósito de ser el ámbito de formación humana por excelencia. Sin embargo, no son pocos quienes pretenden que la familia nuclear es solo un desarrollo posterior de modelos anteriores y solo existe por razones sociales y económicas.
En el debate político actual, se suele tratar a la familia como un fenómeno insustancial, algo meramente formal y susceptible de modificarse según las circunstancias. Lamentablemente, esta visión reductiva de la familia se ha extendido incluso en ámbitos donde históricamente siempre se ha valorado (y defendido) el valor inestimable de la familia. Las consecuencias de reducir a la familia a un grupo humano modificable a placer, modas o arbitrariedades son las de alterar el ecosistema humano.
Conviene por tanto, traer a consideración algunos aspectos antropológicos que sitúan a la familia en el núcleo de la cultura humana.
Empezamos por tratar de definir lo que es la familia del punto de vista social. Usaré la definición del antropólogo Lévi-Strauss: “Si la universalidad de la familia no fuera una ley natural, ¿cómo explicar que la encontramos casi en todas partes? Para avanzar hacia una solución, intentamos definir a la familia[…] construyendo un modelo reducido a algunas propiedades invariables que una mirada rápida nos permite ver […] : 1/ la familia toma su origen en el matrimonio; 2/ Incluye el marido, la mujer, los hijos nacidos de esta unión, formando un núcleo alrededor del cual otros parientes pueden eventualmente agregarse. 3/ los miembros de la familia son unidos entre sí por: a) vínculos jurídicos; b) derechos y obligaciones de naturaleza económica; c) una red precisa de derechos y prohibiciones sexuales, y un conjunto variable y diversificado de sentimientos tal como el amor, el afecto, el respeto, el apego, el temor,…” (1)
Esta visión de la familia cambió radicalmente la percepción más común en aquel entonces proveniente de la antropología evolucionista. La visión evolucionista presentaba la familia nuclear (padre-madre-hijos) como una forma social heredada de la revolución industrial del siglo XIX y originada en la disolución de las familias más extensas que, según afirmaba este modelo, existía antes en todas partes. Las investigaciones de demografía histórica, así como de la historia del derecho, han demostrado que esta teoría evolucionista de una evolución de familia extensa hacia familia nuclear no se ajusta a la evidencia disponible, y que la existencia de familias nucleares se ha demostrado desde la Edad Media en varias regiones de Europa.
Lo que si es cierto que según la cultura a la cual uno pertenece, existe varias estructuras familiares desde mucho tiempo. Las teorías de inspiración marxistas nos presentan la familia como una necesidad del “Homo economicus” que se ha adaptado según las necesidades económicas de los individuos, y seguirá evolucionando según estas. Pero los brillantes trabajos académicos de Emmanuel Todd , basados sobre 40 años de investigación, nos demuestran que existen a través de la historia estructuras familiares que no dependen de las coyunturas económicas o de ciclos. Más aún, en su obra el Origen de los sistemas familiares (2), nos demuestra que la familia nuclear bilateral (papá-mamá-hijos) no es una innovación reciente proveniente de la degradación de complejos sistemas patriarcales, o una invención del judeo-cristianismo. Por el contrario, es el modelo original común a toda la humanidad. Es por esta razón que se encuentra más allá del conjunto eurasiático (en virtud del principio de conservadurismo de las zonas periféricas), como en Inglaterra, en Filipinas, en las islas Adamán o en los Bushmen de Australia.
Emmanuel Todd explica que las primeras estructuras de familias complejas (comunitarias y con heredero único) son desarrolladas a partir del modelo nuclear original, y son originarias del siglo III antes de Cristo en Sumeria. También hubo una evolución independiente en este mismo sentido en China en época más tardía. Muestra que las estructuras familiares diferentes son posteriores, influenciados por diversos factores culturales, religiosos, económicos, políticos,… El autor llegó, en 1976, a predecir con precisión la caída de la URSS et la decadencia del sistema comunista 15 años antes de que esta ocurra, y lo hizo basándose en la destrucción de sus estructuras familiares. En el mapa adjunto a este artículo encontrarán un mapa de Europa con las diferentes estructuras familiares predominantes según la región.
El origen de la familia natural nuclear como estructura básica común a toda la humanidad queda puesto de manifiesto. Podemos añadir los múltiples estudios sociológicos y psicológicos mostrando que esta estructura es la más estable y recomendable para la estabilidad social, emocional y sicológica del ser humano, en especial de los niños. Con esto tenemos una base firme para afirmar y defender que la familia natural es el modelo ideal para todo ser humano, independientemente de sus creencias, orígenes, convicciones, etc…
La familia natural promovida por los valores judeocristianos (pero no inventada por aquellos) es y debe ser la estructura familiar de referencia en nuestras sociedades. Los Estados deben promoverla por tratarse de aquella estructura que produce mayor bienestar comprobado para sus ciudadanos, siendo el modelo más natural y saludable para las sociedades humanas.
(1) Claude Lévi-Strauss, Le regard éloigné, capítulo 3 « la famille », 1983
(2)Emmanuel Todd, L’Origine des systèmes familiaux, 2011
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