La ley Trans aprobada en España es a todas luces una barbaridad. Pero vamos a ver un poco a quién va a afectar porque va a afectar mucho y a muchos, y por ende, a todos. Porque es como aquello que siempre dicen nos abortistas “nadie te obliga abortar si no quieres, así que a vosotros qué más os da” y la realidad es que una ley del aborto nos afecta a todos, abortemos o no porque una ley es social, no personal y nos afecta a todos, directa o indirectamente.
Pues bien, así en general, los primeros afectados son los menores que decidan cambiarse de sexo, sin conocimiento de cómo se hace ni sus consecuencias porque nadie se las explica claramente. Especialmente si al cabo de los años se arrepienten.
Afecta a sus padres, que seguramente no saben el impacto que tienen los tratamientos hormonales en la salud de sus hijos. También a aquellos padres que se niegan o no lo ven con buenos ojos porque sufrirán el desdén o incluso el abandono de sus hijos por no “comprenderles ni aceptarles como son”.
Afecta, como ya hemos visto recientemente, a las mujeres deportistas que sufrirán “competencia desleal”, a los que se presentan a una oposición o una entrevista de trabajo y también se verán sometidos a esa “competencia desleal” de las cuotas para personas trans de manera absolutamente injustificada puesto que la capacidad profesional no tiene nada que ver con el sexo.
Y a las mujeres de andar por la calle, esas que creen que el tema no les afecta, pues también, porque cualquier día se encontrarán un señor en el vestuario del gimnasio y no podrán hacer nada.
Es todo un despropósito.
¿Y por qué sucede? Por dinero.
Lo mismo que pasó con el aborto y con la eutanasia. Y lo mismo que va a suceder con la pornografía infantil y la pedofilia. Genera dinero, mucho dinero, y además destruye la dignidad humana. Un pera en dulce. Por eso sale adelante todo, No hay ningún otro motivo, el ansia de dinero que se une al ansia de destrucción de la dignidad y el ser humano.
Fin.