Más locuras de Covid desde Canadá: La Casa Ronald McDonald dice enorgullecerse de ofrecer “un hogar cálido, compasivo y seguro fuera de casa para las familias de niños gravemente enfermos”. Pero sólo si estas familias has sucumbido a la tiranía médica de la vacunación forzada.
Una familia de Kelowna, en la Columbia Británica, ha recibido un aviso en el que se le informa de que deben desalojar, junto con su hijo de 4 años gravemente enfermo de leucemia, si no se le inocula la vacuna antes del 31 de enero.
¿Hogar cálido y seguro?
¿Compasión?
¿Cómo puede la Casa Ronald McDonald presumir de proporcionar un “hogar seguro fuera de casa” cuando discrimina a las familias que en libertad se adhieren a sus propias decisiones médicas? El vídeo de Twitter habla por sí mismo.
La política, obtenida por la web True North, señala que cualquier persona mayor de cinco años que entre en el edificio debe mostrar “una prueba de vacunación completa (dos dosis)”. Hay que pensar que los muros de la discriminación de la portería se desplazarán sin duda hasta las tres dosis, luego a la cuarta, y así sucesivamente, cuando llegue el momento. La nota informativa continúa diciendo que las familias que ya están alojadas en el la Casa tendrán hasta el 31 de enero para ponerse la primera vacuna.
Sin entrar en el nulo soporte científico y médico con respecto a la infección y a la transmisión de la misma (que se ha demostrado que es igual de alta e incluso más alta en aquellos que han sido vacunados).
El padre del niño, Austin Furgason, dijo anoche a True North: “Mi mujer Lindsey estaba llorando en la cama. Le dije que ina a ir a preguntarle al gerente al respecto porque debía tratarse de una broma”.
La familia Furgason lleva en la Casa Ronald McDonald desde octubre, cuando su hijo Jack, de 4 años, comenzó el tratamiento de la leucemia. Furgason añadió: “Dios ha hecho milagros en nuestro hijo. Se suponía que se le iba a caer el pelo hace 2 meses, y nunca lo hizo. Tiene mucha energía, es súper positivo. Todo iba muy bien”.
Y luego, la notificación de desalojo.
Mientras tanto, Furgason está buscando un lugar para alojarse en Vancouver; un estrés añadido que esta familia realmente no necesita.
Dijo Furgason: “Me rompe por dentro la rapidez con que se ha acelerado esto en nuestro país”.
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