La asociación polaca Ordo Iuris se opone eficazmente a la agenda ideológica de la ONU

Polonia es un ejemplo de país que aplica la Agenda 2030 desvinculándose de conceptos ideológicos y apoyando tanto la educación como la salud procreativa.

La 56ª sesión de la Comisión de Población y Desarrollo (CPD) de la ONU tendrá lugar del 10 al 14 de abril de 2023. Este año se centrará en “Población, educación y desarrollo sostenible”, temas estrechamente relacionados con el Capítulo XI del Programa de Acción adoptado por la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) en 1994 y el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) nº 4, que trata de la EDUCACIÓN. Estos documentos indican, entre otras cosas, que para que la educación en temas de población sea más eficaz, debe comenzar ya en la Escuela Primaria y continuar en todos los niveles de la Educación, sea reglada o no, teniendo en cuenta los derechos y responsabilidades de los padres y las necesidades de los niños y adolescentes. Allí donde ya existan programas de este tipo, los planes de estudio deben revisarse, actualizarse y ampliarse para garantizar que se abordan adecuadamente cuestiones como la “Sensibilidad de género”, las “Opciones y responsabilidades reproductivas” y las enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA.

Todas las organizaciones con estatus consultivo especial del ECOSOC pueden presentar escritos relacionados con los temas de la sesión. En un documento presentado por el Instituto Ordo Iuris, se señala que la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo en 1994, en la que se adoptó el mencionado “Programa de Acción”, constituyó un hito en cuanto al concepto de Derechos Reproductivos y Sexuales. En aquel momento, términos como “Salud reproductiva”, “Salud sexual” y “Derechos reproductivos” se usaron por vez primera en un discurso oficial internacional. En aquella época, las disputas ideológicas sobre la definición de estos términos (en cuyo ámbito los círculos feministas querían incluir el mal llamado “derecho al aborto”) llevaron a marginar las necesidades reales de las mujeres en materia de maternidad, cuidados perinatales o lucha contra la infertilidad. Aunque ha transcurrido más de un cuarto de siglo desde la Conferencia de El Cairo, problemas como la mortalidad perinatal, las numerosas complicaciones de salud que afectan a las mujeres después del parto, la excesiva tasa de cesáreas y otras intervenciones médicas, siguen sin abordarse plenamente en la actualidad. En cambio, la Conferencia de El Cairo sentó las bases para promover el aborto a nivel internacional al incluir el aborto legal en el ámbito de los llamados servicios de salud reproductiva e introducir el término “aborto seguro” entendido como cualquier aborto legal. Esto sentó las bases para exigir la legalización del aborto, que supuestamente lo haría “seguro”.

“Tanto las cuestiones educativas y demográficas como el fomento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible deben basarse en la Biología, la responsabilidad y la ética, que forman un todo coherente. Polonia es un ejemplo de país que aplica los ODS de la ONU de forma desvinculada de conceptos ideológicos y apoya tanto la educación como la salud procreativa, asignando recursos adecuados a la atención prenatal materna e infantil, así como al diagnóstico y la atención sanitaria de madres y niños pequeños.” señala Anna Kubacka, analista del Centro de Derecho Internacional Ordo Iuris.

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