Last updated on agosto 28th, 2023 at 12:23 pm
El doctor Paul C. Vitz es profesor Emérito de Psicología de la New York University y profesor de la Divine Mercy University. en Arlington, Virginia. El Dr. Vitz lleva más de 45 años trabajando con los mayores expertos de su país y del mundo en las teorías de la personalidad y en la conceptualización de qué nos hace personas humanas, para «recuperar la noción de lo que es realmente la persona humana. Y para poder hacerlo debemos admitir la idea que los seres humanos tienen límites y que hay cosas que no podemos cambiar, porque esa es la forma en que estamos hechos». Esta entrevista entre el Dr. Paul Vitz y Jordi Picazo, colaborador de IFN es fruto de varias conversaciones desde 2016 en Virginia hasta su participación en 2019 en Barcelona en el I Congreso Europeo de Antropología Cristiana y Ciencias de la Salud Mental.
IFN STAFF – Dr. Vitz, Usted trabaja intensamente el campo de la antropología /psicología, y más específicamente en los campos de la antropología filosófica y trascendental y la dimensión psicoespiritual del ser humano, para reafirmar aquello que nos hace humanos. ¿Es esto una tarea urgente hoy?
DR. PAUL VITZ – «Estamos inmersos en una crisis cultural a nivel global acerca de la qué es lo específicamente propio de la persona humana. Y están los que dicen que no hay naturaleza alguna y que por tanto podemos manipular a la persona humana biológicamente, genéticamente, políticamente a nuestro antojo. Y esto lo llevan a cabo utilizando la ideología o la ciencia incluso, a manera de “escopeta cargada” para cambiar la concepción de la persona. De manera que ahora tenemos híbridos de animal y personas humanas, tenemos gente que se identifica con animales, tenemos la misma ambigüedad transexual etc. y estos son signos de la pérdida de comprensión de lo que es la persona. Están creando una enorme crisis de identidad tanto en la derecha como en la izquierda políticas.
LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS EXTREMAS DE DERECHA Y DE IZQUIERDA REDUCEN A LA PERSONA A UNA CRISIS YA ARCAICA
»Ambos lados del espectro político están respondiendo a esto. La izquierda responde diciendo que no hay identidad, que no hay naturaleza humana, que podemos manipular a la persona y forzarla a nuestro gusto unas veces con una presión cultural que pretende definirla superficialmente, otras veces incluso pensando en arrimarse a alguna corriente científica y crear personas biológicamente friquis, híbridos etc., en esencia monstruos. Por parte de la derecha hay un retorno a la identidad basada en la raza, la identidad étnica, los nacionalismos.
»Y esta es la tradición en muchas culturas a lo largo de la historia, la de la lucha de una tribu contra otra tribu. En este contexto puedes referirte a por ejemplo los anglos y los sajones contra los celtas hace 2000 años en Inglaterra. Así que siempre hemos tenido identidades grupales basadas en la raza o la lengua, o en el asentamiento geográfico. Y si reduces todo a eso, reduces todo a una crisis que dura desde tiempos ancestrales. Y reduces como consecuencia a la persona a la cultura que quieras y a cualquier parámetro que se te antoje, porque controlando la biología y la cultura la persona se ve reducida a una crisis ya arcaica y ciertamente fascista. Tú decides: o bien una crisis de auto referencialidad confusa y sin sentido, o una crisis de conflicto entre cada grupo, tribu o raza.
»Tiene que haber una posición intermedia. Esos dos extremos son nuevas formas de idolatría. Las personas que se identifican con la extrema izquierda o la extrema derecha están en el fondo adorando una solución humana de la vida que no lleva a ninguna solución. Así pues, debemos recuperar la noción de lo que es realmente la persona humana. Y para poder hacerlo debemos admitir la idea que los seres humanos tienen límites y que hay cosas que no podemos cambiar, porque esa es la forma en que estamos hechos. Y es también la forma en que debemos continuar siendo; existe una manera de vivir; existe una manera verdadera de comprender quienes somos».
LA PERSONA HUMANA NO ES SUS TRAUMAS Y PATOLOGÍAS PASADAS: LA PSICOLOGÍA POSITIVA Y EL “DESPLIEGUE” DE LA PERSONALIDAD
»De esta forma, en nuestro metamodelo definimos la persona a un nivel teológico, a un nivel filosófico y luego a un nivel psicológico. Las tres definiciones son compatibles entre sí aunque existen en tres niveles conceptuales distintos, cada uno con su propia epistemología. También exploramos que la comprensión de una persona no es solamente la comprensión de sus traumas y de sus patologías pasadas. En lugar de eso, estamos muy en consonancia con el movimiento de la psicología positiva, que no es explícitamente religiosa, y estamos en consonancia con la noción de “desplegarse”, en un sentido de florecer. Una vez que sabemos lo que es la persona humana podemos conocer lo que significa “desplegarse”. Desplegarse es moverse hacia el objetivo de la persona, aquello para lo que estamos hechos. Pero no podemos desplegarnos a menos que conozcamos lo que somos y aquello para lo que estamos hechos.
»Nuestro modelo de la persona presenta la idea que hemos sido hechos para desplegar una vocación, una vocación de crecimiento espiritual personal, adoptar una relación de compromiso a algún estado de vida como el compromiso en el matrimonio, a una vida célibe o a la vida religiosa. Y estamos comprometidos a desplegarnos a través de una forma de trabajo y de ocio creativo que ayude a la sociedad. Y esto es lo que ofrecemos en nuestro Metamodelo: un perfil de la naturaleza de la persona con el que creo que la mayoría de las personas razonables podrán estar de acuerdo y podrán enfrentarse formal y seriamente, aun no siendo cristianas. Con algunas modificaciones este modelo es apropiado también para judíos, y posiblemente para ateos. Proponemos definir la naturaleza de la Persona en unas dimensiones que todos los pensadores deben abordar finalmente: por caminos de la teología, de la filosofía y de la psicología. Para “desplegar” la persona se requiere propósito, moralidad y niveles de comprensión por encima de la psicología básica. Y esto es lo que es nuevo acerca de nuestro Metamodelo, la integración de estas disciplinas de una manera que se refuercen las unas a las otras. Y es un metamodelo también porque es un marco de trabajo en el cual pueden incluirse distintas teorías existentes de la personalidad (como las freudianas o junguianas) y distintos tipos de terapias (como por ejemplo las psicoanalíticas o las cognitivas-behavioristas), siempre que constituyan formas verdaderas y útiles de terapia.
«DESPLEGAR» Y «EMPODERAR», ¿NO SIEMPRE SINÓNIMOS?
»Empoderar va acerca de nosotros mismos, es todavía un arte de la auto adoración, la gente que dispone de mucho poder a menudo compite y se atacan los unos a los otros. Así, lo que consigues dando más poder a las personas es crear más conflicto. Porque el poder no es a lo que se supone que debemos aspirar. Se supone que debemos trabajar hacia un amor de donación hacia el otro, hacia el “desplegamiento” de nuestras capacidades. De esta manera, empoderamiento es, estrictamente, un término principalmente secular utilizado para afirmar que vamos a dar a la mujer poder de manera que puedan ser tan ponderosas como los hombres. Y lo que esto significa es que hombres y mujeres lucharán con más ahínco».
IFN – Usted ha comentado que su equipo en la DMU (Divine Mercy University) en Arlington, Virginia está intentando hacer con la psicología lo mismo que santo Tomas de Aquino hizo con la teología. ¿Cuáles son los riesgos y peligros de dejar esta tarea urgente de perfilar las bases de la naturaleza humana a disciplinas reduccionistas?
PAUL.Vi- «Así es. Este modelo tal y como lo hemos dado a conocer es la respuesta de santo Tomás de Aquino a la psicología moderna. El peligro del reduccionismo es que no hay comprensión de lo que es Propósito, o de lo que significa desplegarse. Y así es como acabamos reduciendo nuestra condición a una substancia material que puede ser manipulada a voluntad según la forma de poder a tu disposición, tanto si es poder social o poder biológico. Eso es solamente el hombre autorreferencial, porque al fin y al cabo será un juego de poder: no hay en estos casos un propósito en la vida, no hay un sentido para la persona, y en este momento la ausencia de propósito y sentido de la vida ya está causando estragos tanto en la extrema derecha como en la extrema izquierda.
»Eso es lo que te trae el reduccionismo, al final del día, sin un sentido más trascendental. Ahora bien, ciertamente que puede haber otros conceptos de sentido trascendental, puede que tengas un sentido trascendental de ser judío, que puede ser en su mayor parte compatible con el nuestro desde el punto de vista cristiano católico, pero en cualquier caso tenemos los dos grandes Mandamientos – más aquello a lo que estamos llamados individualmente para poder “desplegarnos”: nos desplegamos amando a Dios y a los otros. Y eso anula la extrema derecha y la extrema izquierda».
IFN – En cuanto al doble Mandamiento del amor en el Nuevo Testamento en la Biblia, que Usted menciona de «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el principal y primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Mt 22,37-39)», se me ocurre pensar que la segunda parte es demasiado importante para olvidarla y a menudo es olvidada por muchos. Pero si no te amas a ti mismo, ¿cómo va uno a amar al prójimo? Pienso que todo esto tiene mucho que ver con la sanación personal y el «desplegamiento» que usted propugna fruto de la terapia que ustedes proponen.
PAUL.Vi- «Esa es la función de una buena psicoterapia. El psicoterapeuta clínico o el terapeuta está hablando con alguien; y casi siempre con un “alguien” que en cierta manera está encerrado en una “prisión”. La prisión son las estructuras mentales que esa persona humana se ha creado y que la hieren. Y tu trabajo consiste en sacarle de esa prisión. Y en nuestro Metamodelo hay mucho de los desarrollos de los últimos cien años en estas áreas. Después de todo, si Dios te ha creado, entonces a pesar del pecado y el abuso eres básicamente bueno. Y esto implica que es un pecado odiarte a ti mismo a quien Dios ha creado.
»Como pacientes, lo que quieres hacer con tus propias patologías es entenderlas conscientemente en primer lugar, y después lo que vas a hacer es establecer de alguna manera una agenda positiva para poder alejarte de ellas y dejarlas atrás, hacia un nuevo florecer desplegando tu persona: dejar atrás tus traumas y fuentes de sufrimiento. Para el terapeuta esto significa que has dado a los pacientes más libertad. Pero debes poder proporcionarles simultáneamente el entendimiento de para qué sirve la libertad. Sirve para “desplegarse”, y les proporcionamos la descripción de lo que significa desplegarse.»
Continuará…
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