El Tribunal Supremo de Alabama dictaminó recientemente que “todos los niños no nacidos”, incluidos los embriones creados fuera del útero, son reconocidos como seres humanos en virtud de la Ley de Muerte Injustificada de un Menor del estado, desafiando la opinión legal tradicionalmente mantenida de que dichos embriones son considerados propiedad, no individuos. La sentencia se logró en respuesta a un caso de 2020 relacionado con la destrucción de los embriones de tres parejas en el Centro de Medicina Reproductiva, que las parejas argumentaron que violaba la Ley de Muerte Injusta de un Menor.
La revocación se produjo después de que la juez del tribunal de circuito del condado de Mobile, Jill Parrish Phillips, desestimara el caso alegando que “los embriones crioconservados in vitro implicados en este caso no encajan en la definición de ‘persona’ o ‘niño'”. El Tribunal Supremo de Alabama desestimó esta perspectiva, insistiendo en que “todos los niños no nacidos” estaban cubiertos por la ley, independientemente de su ubicación.
La sentencia de Alabama es significativa, ya que presiona a quienes se dedican a la tecnología de reproducción asistida (TRA) y podría llevar a que la industria se enfrente a consecuencias legales por promover y ejecutar la destrucción de embriones. Los partidarios de la Gran Fertilidad, incluida la Asociación Médica del Estado de Alabama, han criticado la decisión, sugiriendo que podría encarecer las operaciones y provocar potencialmente el cierre de las clínicas de fertilidad.